jueves, 11 de diciembre de 2008

Mario Kart

Ya las graficas lo hacen confundir a uno la realidad con la ficcion.

martes, 2 de diciembre de 2008

Conjure One - Center of the Sun (Solarstone Mix)

Nunca me pareció que youtube fuera la mejor manera de compartir musica. Siento que se pierde la parte del video. Pero era lo que me salía más rápido.

¿Te gusta la musica electrónica relax (chillout) con un toque de melancolía?
Que pena, porque a mi sí.



Despues de todo, no es tan triste. La letra es una historia de amor. Pero es la melodía lo que mas me gusta.

Conjure One - Center Of The Sun (Solarstone's Chilled Out Remix)
Young girl in the market
Music to the men
When the men leave
Her eyes are red
When her eyes are closed
again she sees the dark
market of a violin.

And she sings
'They say the most horrible things
But I hear violins, when
I close my eyes
I am at the center of the sun
And I cannot be hurt
By anything this wicked
world has done'

Young boy in the market
Follows all the men
When the men leave
He's out of his head
When his eyes are closed
again he sees the dark
market of a violin

And he sings
'They break the most beautiful things
But I hear violins, when
I close my eyes
I am at the center of the sun
And I cannot be hurt
By anything this wicked world has done
When I close my eyes
I am at the center of the sun
And I cannot be hurt
By anything this wicked
world has done'

Young boy in the market
Sees the girl alone
And asks her
'Have you lost your way home?'
She sings
'You say the most
beautiful things, just
like my violins'

I look into your eyes
I am at the center of the sun
And I cannot be hurt
By anything this wicked world has done

When I close my eyes
I am at the center of the sun
And I cannot be hurt
By anything this wicked world has done

'Cause
I hear violins
I hear violins...

lunes, 24 de noviembre de 2008

Jugando al telefonito

Tenía un mejor título para este post, pero era muy largo. Era:

"Un canto a la muerte, un canto a la pena, un canto al odio"

Espero que don Julio me perdone la piratería, si es que me mira desde donde sea que esté.
Eso me hace preguntarme a donde se irán los comentaristas deportivos cuando mueren...

Bueno no importa. Mi historia comienza en un viaje en micro. Bueno, también termina ahí. El punto es, que a veces uno escucha cosas curiosas en la micro...

(Suena un teléfono)
-Me has llamado toda la mañana, ¡qué querí! si te dije que voy en camino... . . . . . . . No no, ya te dije bien claro que voy a ir a la misa, pero no al funeral... . . . . . . . Oye, yo hice todos los trámites, ahora sepúltenla ustedes. Suficiente es con que tenga que ir a la misa, lo demás veanlo ustedes, yo no pienso ir... . . . . . . . No me digas eso, porque tú ya sabes que esa mujer me hizo la vida imposible, siempre me trató pésimo, como si fuera lo peor, así que no quiero tener nada que ver con ella... . . . . . . . No, es que ya te dije, no me importa, yo a esa mujer la odio, y te voy a odiar a tí si sigues con eso... . . . . . Ya te dije, voy para alla, estoy en la casa en 10 minutos, chao
(cortó)

El hombre del celular no habrá tenido más de 30 años. Imaginé que hablaba de su madre.
Pensé lo penca que sería pasar toda la vida con una persona que lo trata mal a uno. Y a muchas personas les pasa. Pero lo peor es que sea uno de tus padres.
Quizás la mamá le pegaba. Y le decía esas típicas cosas que trauman a los niños, como que eres un bueno para nada, un inútil. No es que a mi me lo hayan dicho, en mi caso es más bien autocrítica.
Tal vez la mamá lo humillaba delante de sus amigos. O tal vez simplemente nunca le puso atención. A veces, que te ignoren duele más que si te trataran mal directamente. Aunque no sé si duela más que una golpiza, en realidad contra un buen moretón es difícil competir. Pero el caso es que casi podía visualizarlo viendo a su madre con ojos de odio, y ella lo miraba sin culpa y con descaro.
Me impresionó pensar en que alguien termine con tanto odio, y aun despues de muerta la persona. Tiene que haber sido muy mala. Tiene que haber sido muy mala madre, pensaba yo. Y derrepente sonó el teléfono denuevo.

-Aló? Mamá? No puedo hablar ahora, estoy en 10 minutos en la casa, chao.

Finalmente no supe quién era la finada porque el tipo se bajó poco después. Pero sí llegue nuevamente a una conclusión: el juego telefonito funciona también en modalidad de un solo jugador.

viernes, 24 de octubre de 2008

Crónica del tamaño, y de una pequeña muerte


Estaba en clase de Matemáticas, cuando vi a una chinita (el insecto por supuesto, no una mujer asiática) rondando por mi puesto. Se paseaba por el cuaderno y las guías que tenía repartidas por el banco. Como normalmente hago, le puse mi dedo como obstáculo, para que se subiera, y luego la elevé con la intención de que volara. Pero no volaba, y se dedicaba sólo a caminar. Aparentemente tenía dañadas las alas. Para poder escribir, la volví a dejar en el banco, pero insistía en subirse a mi cuaderno. La puse en el lápiz, y por ahí se paseba mientras yo escribía.

Luego de no prestarle atención por un rato, la perdí de vista. Me pareció haberla visto bajar por delante del banco, pero no estaba seguro. La miré por el suelo, y entre mis papeles. La verdad, no quería pisarla o algo así. Terminó la clase, y no pude pillarla. Guardé mis papeles y mi cuaderno en la mochila, y con la esperanza de que hubiera volado por ahí, me fuí.

Ya de noche, en mi casa, tomé unas guías que necesitaba para estudiar, una de las que estaban en el banco. Al abrirlas, me encontré al insecto aplastado contra el papel y rodeado de una materia amarilla. Seguramente lo aplasté cuando guardé las cosas, pese a tanto que lo busqué sin resultados. Me pregunté: ¿Quizás no hubiera muerto si no la hubiera buscado tanto?. Pero si no hubiera muerto, tal vez se la habría comido una lagartija al salir por la ventana. O la habría pisado alguien. Nunca lo sabré.

Me sentí culpable. Pensé "bueno, la mayoría de la gente diría 'que más da, es sólo un insecto de tantos que hay' ". Pero la verdad, es que siempre me he sentido culpable de matar criaturas, incluso insectos, cuando siento que no hay ningún motivo.

Cuando encuentro una araña de rincón en mi casa, la mato porque creo que puede ser peligrosa. Las demás arañas generalmente las dejo vivir, a menos que mi mamá me solicite que la mate, ya que ella es aracnofóbica.
De repente he matado avispas también, cuando me rodean y molestan porque me siento amenazado y creo que me pueden picar. O las hormigas, que siento que invaden mi propiedad cuando se comen lo que uno deja en la cocina.
Es decir, puedo matar un insecto cuando siento que hay un motivo. Que sea una amenaza, que me moleste, o que me invada.

Pero la chinita no pica. No hace daño. A lo más muerde, o hace sus necesidades sobre mi. Y es que, es verdad que no tuve intención de matarla, pero me sentí mal igual.
Para muestra un botón: ayer en la noche me tuve que levantar 3 veces porque sentía revolotear una polilla. A veces las mato porque simplemente no me dejan dormir, pero en general me demoro bastante porque no me gusta quitarles la vida, si no tomarlas de las alas y echarlas por la ventana. Y una vez que echaba a una, y apagaba la luz, sentía otra.
Incluso en el verano, a veces veo abejas o avispas ahogándose en la piscina, y me da tanta lata que las saco con lo que tenga a mano y las dejo en la orilla. En parte se trata de que me pongo en el lugar de la abeja y me parecería horrible morir así.
Sé que sacar una abeja de una piscina no me dará el premio nobel. No aparecerá en el diario. No me hará ir al cielo. No terminará con el calentamiento global. No sacará a Bush del poder, ni acabará con el sufrimiento de los seres vivos. La abeja tampoco me dará las gracias.
¿Por qué hacerlo entonces? Tal vez, simplemente porque el no hacerlo me haría sentir peor. Pero sucede que no me complica el hecho de que la abeja muera en sí, si no el estarlo presenciando, y no hacer nada. Peor aun si la situación me deja como el responsable.

Sí, creo que es parte de las leyes naturales que las abejas bajen a tomar agua y se ahoguen. Pasa todo el tiempo, a toda hora. Incluso, si no sucediera, tal vez habría muchas abejas y quien sabe que calamidades traería un desbalance natural de ese nivel. Pero no voy a salvar a todas las abejas del mundo. Es sólo que creo que si no tuviera la capacidad de variar mi entorno, de hacerlo como yo quiero, de hacerlo mejor, no sería yo mismo. No sería humano. Siento que lo que en verdad es antinatural es tener dicha capacidad y no usarla.

Despues de todo, los entomólogos dicen que somos gigantes, y los astrónomos dicen que somos granos de arena. Quizás la moraleja más obvia sería que no quiero sentirme merecedor de que un extraterrestre del porte de Júpiter me aplaste dentro de su cuaderno. Pero lo que en verdad me lleva a concluir aquello, es que la dualidad es una de las características que definen al ser humano, tanto en lo físico, lo mental y lo espiritual. O tal vez no sólo al ser humano, si no a todos los seres vivos. Pero la responsabilidad en el actuar la tenemos nosotros, por el sólo hecho de ser concientes de nuestra propia realidad como seres duales, con capacidad de desición.

Invito a todo el que haya leído este post (y a los que no, también, pero quería hacerlos sentir culpables) a ver la siguiente página. Es una animación interactiva que compara los tamaños de las cosas, desde las fronteras del universo mismo, pasando por las galaxias, planetas, aviones, el ser humano, plantas y animales hasta las moléculas y las particulas subatómicas. ¿Suena bien cierto?

http://www.nikon.com/about/feelnikon/universcale/index_f.htm

Puede ser algo enredada al comienzo, y las reseñas que trae están en inglés, pero muévanse con la rueda del mouse, o en su defecto, con los números bajo las unidades de medidas.

Aquí abajo algo más simple pero no menos sorprendente, un video que relaciona los planetas del sistema solar con otros importantes cuerpos estelares descubiertos. ¿Es el sol realmente tan grande?




Suerte!

viernes, 19 de septiembre de 2008

Imágenes curiosas

¿Quien dijo que terra.cl no era un portal neutral?



Terra. El portal donde valoramos tu opinión, siempre y cuando sea la misma que la nuestra.



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Apple presenta la proxima etapa de su exitoso reproductor MP3, el Ipod.




El IBlade, que será traido bajo el nombre de Ipod FE (Flaite Edition) estará disponible pronto, en las mejores cárceles del país.



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Varias



























miércoles, 10 de septiembre de 2008

La visión de la realidad

Al volver a estudiar, se me ha dado la oportunidad nuevamente de tener unos minutos al día para pensar como a mi me gusta: mirando el horizonte. Claro, eso cuando no le voy mirando la axila a alguien más en la linea 5. La verdad no creo que una axila fuera muy inspiradora. Bueno, quizás depende de la axila.

Recordé un día como era ser chico e ir sentado en el asiento de atrás del auto, mientras mi papá manejaba. No sabía adonde iba, no tenía conciencia de mi mismo, y todo lo que quedaba del momento era lo percibido por los sentidos; gente pasando, luces, bocinas, olor a tubo de escape, ruido de motor, y ocasional conversación dentro del auto.

Cuando pasabamos por la Alameda de noche, yo me daba vuelta para mirar por el parabrisas trasero y ver a la torre Entel. Tan grande e iluminada, y yo pensando como era posible que hubieran varias iguales en varios lugares del mundo ( un comercial de la época: "¡Entel está aquí!" ). A veces me gustaba imaginar que era la parte delantera de un barco, y la perspectiva me daba la ilusión de que nos venía persiguiendo. Me lo imaginaba cortando el pavimento como los barcos que transitan por los cascos polares cortan el hielo, destruyendo todo a su paso, con la enorme tranquilidad de que cada vez que el auto frenaba, el barco frenaba también, y siempre estábamos a la misma distancia, y jamás nos podría alcanzar.

Con la música de fondo de El Conquistador en la radio del auto, miraba al espejo retrovisor, y veía la frente de mi papá. Al levantarme un poco del asiento, podía ver sus ojos, su mirada concentrada en el camino. Si volvía a bajar, ya no lo veía. A veces mi papá miraba, me veía y sonreía. No podía ver su sonrisa, pero yo lo deducía por los cambios en la zona de sus ojos.

Me preguntaba yo: si veo sus ojos, significa que él ve los míos. Si yo veo a traves de mis ojos, como él también lo hace, la única forma de vernos los 2, es mirandonos a los ojos directamente. .. Pero si yo bajo un poco, y veo su frente, ¿puede verme él? ¿verá mi frente, o mis ojos, o quizas no me verá?
A veces creo que fue durante esas reflexiones cuando me di cuenta de que existo, y que los demás existían tambien. Creo que me di cuenta de que yo era un observador y que todos los demás lo eran igualmente, que lo que veía cada uno era propio, que era subjetivo. Todo ello sin palabras claro. Solo una revelación temprana a mi entonces incipiente cerebrito.
Y miraba a mi papá. O a sus ojos. Y deseaba dividirme en 2, y sentarme donde el estaba, para poder darme cuenta de que era realmente lo que el vería.

Hasta el día de hoy, me lo pregunto a veces.


martes, 29 de julio de 2008

Dia del Negocio

Por estas fechas el índice de frecuencia aparente de los comerciales de juguetes se incrementa exponencialmente, en directa relación con la insistencia de los niños a sus padres de que les compren algo. Y es que luego de cada aviso publicitario sobre juguetes, sale un mensaje que dice RECUERDA, 10 DE AGOSTO, DIA DEL NIÑO.

A mi me daría verguenza hacer una cosa así. Incitar a los enanos a casi exigir ("Cómprame Apocalipsis, o púdrete", para quien se acuerde, de Los Simpsons) a sus padres que se les haga un regalo. No importa si los padres tienen o no situación económica, o si han pedido mas créditos que permiso en las micros. Porque los más chicos no saben de eso. ¿Por que los otros niños les dan cosas y a mi no?

Claro, obviamente, cuando es tu trabajo estas frito. Lo mismo dice el gil que tala los árboles de la selva amazónica, y el que hace la cobranza de los pagos morosos de las compañías. El que caza y el que descuera animales en extinción para hacer ropa, y el que le da latigazos a un niñito asiático para que haga zapatillas Nike más rápido (bueno eso último no estoy seguro, pero lo leí en un mail y en un foro, asi que debe ser verdad). De algo hay que vivir. Y tienen razón. ¿Tendrá solución?

Al final es igual que el día de la madre, el padre, la secretaria, el amigo, los enamorados y tanta cháchara que existe. Ah sí, la Navidad también. Es sólo que la televisión nos conveció de que existe algo llamado espíritu navideño, que tiene algo que ver con ayudar a los que estan peor que uno, y abrazar a la familia mientras una cámara te filma, sonreir para cuando vayan a tomar la foto, y cantar canciones raras mientras cae nieve.

Ok ok, sé que no todos son así. Algunos hacen cosas buenas de verdad (aunque aun creo que es bajo la influencia mediática, asi que un punto a favor para la TV), y aquello se valora. Son pocos los dignos que le dan verdadero sentido a las cosas, ya sea espiritual, religioso, lo que quieran. Y ellos tienen mi más sincero respeto.

Pero los demás, seguimos con la compulsión de comprar para que el otro sonría, y satisfacer nuestro deseo más superficial y a la vez más profundo, que es tener más y mejor. El materialismo materializado en lo material.

Compremos consolas de videojuegos, computadores, perfumes, cremas, adornos inutiles, flores, ropa. Total hay que darle sentido a la existencia y no existe una forma mas universal que el dinero. Y Dios dijo...¡gástenlo!

lunes, 9 de junio de 2008

[Sueño]El hombre del traje

Soy de los que les gustaría que todo lo que soñamos durante el descanso nocturno (diurno para algunos) tuviera algún significado en nuestras vidas. Es problable, claro, que si ese significado fuera desfavorable para mí, ya no lo desearía más. Volubles somos, y volubles nos moriremos.

Usualmente recuerdo sueños que me han producido emociones fuertes, como risa, tristeza, o miedo. No es el caso del que sigue.
A continuación, un sueño sin sentido ni significado aparente, sin principio ni final tampoco. Simplemente me llamó la atención que me quedara en la retina sin tener nada en especial. Me llamó la atención que aun lo recuerde, habiéndolo soñado hace varias noches ya.

Iba yo caminando por el centro de Santiago, o un lugar bastante parecido. Creo que a mi lado estaba una persona, pero no recuerdo haberla mirado. Probablemente era mi mamá, porque creo que mentalmente siempre la asocio con el centro.
Recorríamos una galería. Estaba oscuro, y la mayoría de las tiendas estaban cerradas o cerrando. Pero al mirar a mi derecha vi una tienda iluminada, y que no parecía tener intenciones de cerrar pronto. Vendían ropa, específicamente recuerdo haber visto corbatas de distintos colores en la vitrina.
Pensé: "¿por qué estará abierta hasta la noche? ¿cuantos necesitan comprar trajes o corbatas en medio de la noche? Dudo que muchos lo hagan de día siquiera. Habiendo tantas tiendas grandes..."

Cruzaba una calle cuando de pronto me detuve. No sé, tal vez se me había desabrochado un zapato, o me clavé algo en el pié, o recordé algo de repente. La verdad no sé por qué paré. Un auto quería avanzar así que el conductor empezó a tocar la bocina y a gritarme desde la ventanilla. Eso me molestó, así que me quedé parado en el mismo lugar, mirándo con un rostro desafiante a la cara de furia del chofer, mientras me apoyada con una mano en el capó de su auto. El auto era negro, y parecía ser antiguo, pero bien conservado. El conductor era algo gordito, se parecía al tío Vernon de las películas de Harry Potter, y se estaba poniendo morado del enojo y de tanto gritar. Empezó a mover el auto lo más lento posible, esperando que me quitara del medio. En un momento, tal vez por el enojo o quizás por una metida de pata, el auto pegó una pequeña acelerada, suficiente como para haberme botado hacia atrás, pero sin hacerme daño. En la fracción de segundo que ocurrió, me lancé al auto exagerando el impacto. Supongo que la idea era asustarlo o algo así.


El tipo se bajó del auto gritando "¡te pillé, apenas te pasé a llevar y estas haciéndote la víctima para que yo quede como el malo, pero eso no va a pasar!". Me agarró de los brazos, y comenzó un forcejéo tras el cual terminé sentado en el piso, el cual en ese momento me di cuenta que era de tierra y estaba mojado. El tipo me miraba de pié, al frente mío, aun con cara de enojo. Me di cuenta que usaba pantalón de vestir (acaso no todos los pantalones se visten? en fin), camisa y corbata. Se veía bastante elegante. Pues no se me ocurrió nada mejor que agarrar algo de barro que había al lado mío y lanzárselo a la ropa.

El tipo se puso histérico, aunque parecía más afligido que enojado. Hablaba con una mujer que estaba dentro del auto, su esposa, supongo. "Que voy a hacer ahora, mira como quedé..." decía. Creo que me sentí mal por el. Me puse de pié, y le dije "hay una tienda abierta más atrás, por esa galería. Venden corbatas". Me miro sorprendido, pero con una expresión como diciendo "al menos sirves de algo", y desapareció corriendo por la galería.
Seguí caminando. No me pareció que pasara mucho rato, pero debió ser así, para que el sueño tenga sentido. Subí una escalera y llegué a lo que parecía un mall recién inaugurado. Había una tienda de zapatos que parecía estar celebrando su apertura, ya que tenía mucha gente dentro. El anfitrión era el hombre del auto, vistiendo una camisa azul y una corbata amarilla brillante, hablaba con todos cordialmente, cual guía turístico presentándoles una atracción. La gente parecía ponerle mucha atención, y el sonreía. Se veía alegre.

Afuera en el pasillo había algo como una mesa de pool en miniatura, pero con el paño azul. Un tipo de vestimenta elegante, como esos que reparten cartas en los casinos en las películas, me decía que me acercara.
-¿Has jugado alguna vez?- Me preguntó.
-No, apenas y entiendo el pool - le contesté.
-¡Ah! pero esto es diferente, mira - y al abrir la mano como para tirar dados, lanzó hacia la mesa varias conchas de mar. Tenían variadas formas, pero la mayoría eran de esas con forma de cono. La verdad tenía la sensación de que no iba a entender el juego. Desde la tienda, el gordito del auto me miró. La verdad no recuerdo con que expresión, pero creo que si hubiera estado enojado o feliz me acordaría. Sólo...me miró, y siguió en lo suyo.

No parece tener mucho sentido. ¿Por qué será que me acuerdo?

sábado, 3 de mayo de 2008

La Gran Estufa

Llegó el invierno. No ha partido en términos de fecha, pero sí en lo que respecta a la temperatura. Los dedos de los pies se congelan al punto que no los sientes, y simplemente no sabes si aún están ahí, o se rompieron en cientos de pedazos como hielo picado.
Y es ahí donde surgen tantos de los grandes avances del ser humano. Como una vieja le doy contacto a mi Scaldasonno un rato antes de ir a dormir, mientras me caliento en una estufa metálica del tipo mata-neuronas. Es tan vieja como el frío mismo, y está llena de cosas sueltas adentro, por lo que al moverlas, tus vecinos se enteran de inmediato. Cada vez que la prendo no se si lo que me voy a quitar es el frío, o la vida producto de una explosión de gas. Además el ruido que produce ya es casi un sinónimo de "frío" en mi casa, y genera calor tóxico y abrigador como sólo la parafina puede dar.

Pero el caso es que no es de parafina, es de gas licuado, pero a veces parece que lo fuera. Cuando me encierro en las tardes con el artefacto encendido, y luego alguien ingresa a mi pieza, es empujado de vuelta hacia afuera por una onda expansiva de aire enrarecido, denso y con ese ligero toque a escape de gas. No sé, tal vez sin esa estufa ya estaría construyendo cohetes para la NASA, ya que simplemente te da la sensación de que te haces más tonto cada minuto que respiras ese aire. Pero la otra opción es gastar mucho dinero en estufas eléctricas que a veces no calientan ni la mitad que "mi tóxica".

Mi hermano usa esas estufas de paneles que tienen aceite adentro. Yo tengo frío AHORA, y con esas hay que esperar a que se derritan los polos antes de tener algo de calor que valga la pena. Y por la casa, hay esparcidas unas cuantas de esas de muro con paneles que son como esponjas. Una vez me pareció escuchar que incluso tenían asbesto. A veces pienso si podría conseguir una pensión de invalidez por aspirar químicos peligrosos cada invierno hace 22 años.

Despues de pensarlo un rato, creo que prefiero ser un tonto con pulmones a medio funcionar, pero sin frío, que ser un genio sano y congelado. ¡Viva la gran estufa tóxica!

miércoles, 23 de abril de 2008

Querer, perder y recuperar


Mi maléfico y diabólico plan consistía en utilizar el dinero que gané haciendo la práctica para comprarme una consola Nintendo Wii, una adquisición que me perseguía en sueños hace meses. Fijar la fecha de término de la práctica justo hasta el día antes de mi cumpleaños, y así hacerme bolsa jugando en unas mini-vacaciones, post-trabajo, pre-examen-de-título. Tendría el dinero, el día de término estaba fijado, mi exámen tenía fecha para fines de Mayo. Todo cuadraba. Incluso el dinero lo tendría antes de terminar, por lo que la consola estaría en casa esperándome para cuando hubiera terminado el trabajo.

Ya había cotizado, y sabía que el lugar más barato era Todojuegos, una tienda ubicada en Vitacura. Imagino que el precio tiene que ver con el hecho de que no aceptan crédito ni débito, sólo efectivo. Así, apenas los billetes tocaron mi mano partí a comprar la consola. La plata me alcanzaba al justo, así que tuve el dinero en las manos solo unos pocos minutos. Le entregué mis billetes a la tienda, sabiendo que nunca más los vería, pero era por una buena razón; hacerme un regalo a mi mismo, darme un lujo. Fue una forma verdadera de demostrarme a mi mismo cuanto me quiero, sin acciones como "comer sano" o "hacer ejercicio", que en realidad, más que demostraciones de autoquererse, son formas de inversión a largo plazo. La verdad, nunca he tenido madera de inversionista.

Ese día llegué "que cortaba las huinchas" por jugar. Aún estaba trabajando, así que hasta el día de la salida, tendría sólo las noches para jugar. Todo excelente con la consola, entretenida, totalmente conforme. Al menos hasta el segundo día, en que repetinamente, luego de una inusual demora en la carga de un juego, tiró un error en pantalla. El televisor se llenó de un color negro, como el cielo cuando se acerca una tormenta, y unas letras blancas anunciaban que la diversión se había acabado.Cualquiera que me mirara a los ojos en ese momento podría haber visto la desvastación en mi mirada, además del reflejo de la pantalla frente a mi en mis pupilas que decía "Se ha producido un error. Consulta el manual". Aunque si alguien lo hubiera visto en mis ojos, lo habría tenido que leer al revés. El punto es que lo dejé pasar, ya que siguiendo las instrucciones, el equipo continuó funcionando normalmente. Pero al día siguiente, volvió a pasar. Al otro día también. Luego hubo un día que no paso nada, y luego siguió. Me empeñé en averiguar si era normal que las consolas ópticas tiraran estos errores (jamás habia tenido una, ni siquiera la promiscua Playstation). Me dijeron que no; personas que tenían su consola hace más de un año sin niun solo error me dijeron que utilizara la garantía porque eso no era normal. Así que llegó el momento de pelear temas de garantía y reparación.

Cuando uno empieza a lidiar con las garantías, es como cuando se tienen problemas amorosos. Todos vienen, como abejas a un panal, dándote consejo. "Llámalos a ver que te dicen", "Ánda a la tienda y cántaselas claritas, diles que si no, vas al Sernac", "Tenis 10 días para que te devuelvan la plata", "Mándala a servicio técnico", "Asesina al vendedor y a toda su familia". "Quema la consola y comprate una XBOX.". Finalmente cuandó llamé, me dolió la guata cuando me dieron el lapidário camino a seguir: "Trae la consola y la enviaremos a servicio técnico por 10 días hábiles".

¡10 DÍAS HABILES! Me quería colgar. Todo mi plan de dominación mundial se iba al carajo. El tiempo empezó a pasar como si alguien girara las manecilla del reloj hacia atrás cada vez que yo volteaba la mirada. Como si le sacaran las pilas a todos los relojes. Como si el tiempo retrocediera, o como si simplemente no avanzara; Repentinamente me di cuenta de que al final había logrado lo que tanto deseaba: detener el tiempo. Lástima que ocurrió cuando no tenía que ocurrir, justo cuando quería que la tierra girara más rápido. Y es que tal vez, tiene que ver con los fundamentos mismos de la motivación humana: queremos lo que no tenemos, y cuando lo tenemos, ya no lo queremos más (lo que, si no se interpreta de manera demasiado literal, es bastante aplicable).

Tal vez la vida puso a prueba en mi una de mis propias teorías, siguiendo el precepto anterior...quería tanto tener la Wii, que cuando la tuve, el interés paulatinamente empezaría a bajar. Pero entonces, me la quitaron, por lo que el interés volvió a subir. ¿Sería acaso tal vez ideal, obtener las cosas, luego perderlas, luego obtenerlas denuevo, para volverlas a perder? En el ámbito de las relaciones personales, será dificil saber, ya que al amor cuesta forzarlo tantas veces (aunque es seguro que hay más de algún caso), y ya que de la muerte, no se puede volver.

Espero no verme forzado a comprobar mis propias teorías, al menos en el caso de la Wii. Ojalá que la arreglen, de forma definitiva, y me la devuelvan pronto. Hasta ahora al menos, el interés ha crecido desmedidamente. ¿Volverá a decaer?



Aprovecho de disculparme con aquellos que no hayan recibido respuesta de algún comentario en las otras entradas del Blog. A veces, olvido revisar. Trataré de que no pase más ;)

sábado, 8 de marzo de 2008

La suerte no es pareja


El día Viernes fue poco usual climatológicamente hablando (que profesional suena). Como que quería y no quería llover, y los periodistas decían en la TV "se han presentado chubascos en la zona Oriente que han pillado por sorpresa a los vecinos". O sea, "si va para arriba, no sea gil, no vaya en pura camisa, lleve paraguas abrigo botas impermeable y a ser posible, un traje de buzo".

Para no ser porfiado, agarré una chaqueta de mi hermano y salí. Las pocas gotas que caían, se detuvieron apenas pisé la vereda afuera de mi casa. De todas formas ya no me iba a devolver a dejar la chaqueta. Me cagué de calor en el Metro (no me pude la sacar porque eso equivalía a quitarle su lugar en el vagón a un enano de circo). Llegué al trabajo, sin recibir niuna gota, y al rato, se puso a llover. "Que suerte", pensé.

A la salida, lo mismo. Llegué a mi casa sólo con un par de chispitas de agua en el hombro, y al rato de que entré, empezó a llover. Pero no era lluvia solamente; era un aguacero. "Que suerte", pensé denuevo. El agua caía como lanzada con furia desde el cielo.

Me llamó mi hermano. Se vio un flash de luz en el cielo.
-Oye. ¿Me podís venir a buscar?
Sonó un trueno, de forma estridente, sea lo que sea que eso signifique.
-¡El fin se acerca!- le dije - La media cagá con la lluvia. ¿Pediste prestado el auto?
-No, pero da lo mismo, ven a buscarme que hay el medio aguacero.
-Ya bueno.

Le corté, e inmediatamente recordé que mi casa no se caracteriza por ser impermeable. Hay un sector, una pieza en particular, que tiene un diseño extraño en el techo, bajadas de agua muy angostas, y un trágico historial de maestros de techo chantas, todo ello debido a que antiguamente solía ser un patio interior. Pensé que debía ir a revisar ahí. Hubo otro flash en el cielo. Escuché una gotera que empezaba a golpear con el piso. "Tendré que ir a buscar un lavatorio", pensé. De pronto, otra gotera. Y otra. Y otra, y otra más. La próxima ya no era gotera, era un chorrito de agua que golpeaba el piso. Y todas las goteras se comenzaban a transformar en chorritos también, y comenzaban a salir más desde la canoa de tubos fluorescentes de la pieza. La pieza empezaba a parecer fuente de parque. "Tendré que ir a buscar hartos lavatorios", pensé, mientras corría a la pieza de lavado. Sonó otro trueno, muy fuerte.
Distribuí los lavatorios para que atraparan el mayor porcentaje posible de chorritos de agua. La pieza parecía lavandería después de un terremoto. Llamé a mi hermano.
-Oye, no te voy a voy a poder ir a buscar.
-¿Por que?
-Porque me estoy ahogando. ¡ahhh! ¡El agua me persigue!
Le corté.

El agua comenzaba a fluir por debajo de algunos muebles de la pieza. Empecé a mover todo lo que se estaba mojando, aspiradora, enceradora, un balón de gas. Iba de un lado a otro buscando el trapeador, y no lo podía encontrar. El agua avanzaba como en esas películas donde el tipo esta atrapado en una pieza-trampa y eventualmente se va a ahogar. Bueno, no iba subiendo, pero avanzaba hacia los lados, como tratando de entrar al resto de las piezas, a MI pieza, amenazando con destruir todo aquello por lo que valía la pena vivir: La TV, el computador y la cama.

Finalmente encontré el trapeador; vaya a saber uno por qué, pero estaba separado en 3 partes, en 3 lugares diferentes de la casa. Me puse a recoger agua. Entraba más agua de la que podia recoger. Por suerte la lluvia iba disminuyendo en fuerza y frecuencia... que rico, trabajar toda la semana esperando la llegada del Viernes, para llegar a la casa y seguir trabajando... aunque en un área algo diferente.

Luego de un rato, llegó mi mamá, y mi hermano. Sabíamos que en este momento las canaletas de agua en el techo debían parecerse mucho a las calles de Venecia, así que mi hermano me ayudó a subir al techo, en una misión suicida, como tantas otras veces. Iba bien tapado para no morir de hipotermia pero sin embargo, cuando me disponía a subir, dejó de llover. ¡Que suerte!

Arriba realmente las canales eran ríos. Era lógico que el agua se entrara, por alguna parte tenía que fluir, y las bajadas tenían tapones naturales de mugre. Metí la mano al agujero de la bajada de agua, removiendo una materia negra y viscosa, supuestamente hecha de barro, hojas y polvo, en grandes cantidades. El agua comenzó a bajar rápidamente, y las goteras poco a poco se fueron terminando. Después de limpiar un poco las canales, me bajé de techo. Todo estaba arreglado. Al menos ahora, si empezaba a llover, todo funcionaría bien.

Una vez que entré a la casa, sin haberme mojado casi nada, comenzó a llover denuevo. ¡Que suerte tengo!

sábado, 23 de febrero de 2008

El retorno de las series

Hizo su retorno la que es tal vez la más floja y sobrevalorada de las series: Lost.
Nunca había visto que tanta gente se aburriera a medio camino de una serie. Ha cambiado mucho el giro de la historia, no paran de crear preguntas y más preguntas sin responder ninguna, y para peor adoptaron la nueva mala costumbre de Hollywood, que es hacer "hiatos" (pausas de media-temporada), y demorarse DEMASIADO para continuar la siguiente temporada.

Y aun así la seguimos viendo, y seguimos metidos, y queremos saber qué sabe Ben, quien es Jacob, y qué hizo Dharma Iniciative. A ver si algun día lo sabremos.

Según lo último que se dijo, quedarían como 40 episodios para poder ver el fin de la serie. O sea, seguramente pasado del 2010, si aun es lucrativo producirla, podremos saber el final de esta extraña historia.
En Gringolandia ya han salido 4 episodios de esta cuarta Temporada (de un total de 13), así que pueden pasar a bajarlos de su cliente torrent más cercano.
Jericho también esta de vuelta, y ya han salido 3 episodios. Aunque no creo que le vaya muy bien producto de los fuertes cambios que se le hizo al casting. Hay personajes que no han aparecido ni por si acaso, o han eliminado con excusas tontas dentro de la historia. De todas formas ojalá que no la cancelen. En tanto House ya lanzó los 3 episodios remanentes hechos previo a la huelga de guionistas en EEUU (que según entiendo ya terminó así que ahora deberían ponerse a trabajar =P).

Ahora también le estoy dando la oportunidad a una serie basada en las películas Terminator, llamada Terminator: The Sarah Connor Chronicles , que narra la vida de Sarah y su hijo John cuando éste último ya tiene unos 16 años, es decir, unos años luego de lo ocurrido en T2 (se ha aclarado también que no se vincula con la 3era parte... con un chamullo sobre líneas de tiempo alternas o algo así).
Seguro no es tan buena como la película, pero de todas formas vale la pena por ver en cada capítulo una pelea de robots, con una linda chica sacada del casting de The 4400 (que por cierto está tristemente cancelada hasta ahora =( , luego de su 4ta temporada ), y un John Connor sacado de un ex del reparto de Heroes.

Así que en lo que queda del verano, a ver TV, como que el mundo se fuera a acabar.

sábado, 9 de febrero de 2008

Prácticamente en Práctica

En realidad ese título lo pensé cuando estaba apunto de entrar a la práctica. Pero bueno, sirve igual.

Termine mi corta carrera técnica el semestre recién pasado. Tenía en mis planes continuar los estudios ahí mismo en Inacap, en la misma área y carrera solo que en la versión de Ingeniería. Pero resulta que justo se les ocurrió fusionar la carrera con Telecomunicaciones, y mi proyección de primer semestre terminó teniendo al rededor de 4 ramos, lo que es muy poco siendo que uno paga lo mismo.

¿Conclusión? en vez de seguir inmediatamente la continuación de la carrera (en que en la nueva situación básicamente significa cambiarme a la nueva Ingeniería) decidí terminar el proceso normal de egreso y titulación de la carrera técnica, porque lo que entre a hacer la práctica. Mi primera vez trabajando (como dijo un compañero mío, hasta antes de esto: "no le has trabajado un día a nadie").

El trabajo no es tan pesado, ya que básicamente soy el ayudante del Depto de Informática. ¿Hay que comprar algo? ¿No puede conectarse a la red? ¿A alguien le exploto la impresora? ¿Un pc sin cable de corriente que no prende? ¿No encuentra la letra Ñ en el teclado? Ahí voy yo. La verdadera lata es el horario, ya que entro a las 8:45 y salgo a las 18:30 horas. Y a esa hora de la tarde, no termina todo, ya que toca batallar con nuestro excelente sistema de transporte.


Llego a mi casa pasado las 19:30 (mi record es las 19:15, tomando Metro y micro sin esperar), me tiro en un sillon, como algo, o juego unos minutos en el pc, y derrepente ¡oh! Son las 11pm, tengo que acostarme. Y es que resulta que para mi, 8 horas es el mínimo absoluto de horas de sueño, y 9 el ideal. Por lo que sumando y restando deberia dormirme como máximo a las 11:00pm, ya que pongo la alarma del reloj a las 7:00 am (peleo unos 20 minutos con las sábanas, me convierto en una pasa con otros 15 minutos en la ducha, y lo que queda hasta las 8 debo aprovechar de comer o buscar esas cosas que nunca estan cuando las necesitas: pase escolar, llaves, billetera.
Cuando ya dan las 8, sé que estoy al límite de la hora, ya que aunque mi viaje estrictamente demora 25 minutos a la oficina, tengo que aplicar un muy amplio margen de tiempo por las micritos. Si no pasan llenas, no pasan.

Si tengo suerte la tomo altiro, llego a Providencia, le recibo el diario La Hora a una niña muy linda que lo reparte todas las mañanas, y bajo al Metro, que a esa hora es básicamente un transporte de ovejas. Cuando se abren las puertas del Metro, tomo un poco de vuelo y me lanzo como jugador de Futbol Americano (¿0 Rugby? nunca me acuerdo cual es) contra sea quien sea que esté delante en el vagón. Es la única manera de lograr un cierto nivel de compresión que le permita a mi cuerpo ingresar a ese contenedor de personas. Uno va tan apretado que se imagina que en la siguiente estación, al abrirse las puertas se oirá el sonido de cuando uno destapa una botella con corcho, y saldremos disparados todos los que ibamos pegados a la puerta y nos estrellaremos contra el cartel que dice "El personal de Metro está para ayudarte".

Más encima como es verano, muchas damas van con un tipo de calzado que deja sus dedos de los pies a descubierto. Y yo que aun no me acostumbro a mis zapatos, y sin espacio para moverme ante cualquier frenada brusca, he aplastado unos cuantos dedos por ahí. En fin, un fiasco. Como será cuando en Marzo entren los estudiantes a clases... sálvese quien pueda.

El punto es que todo eso ocurre cada día, y parece que estuviera viendo pasar los días en cámara rápida. Me levanto, micro, metro, servidores, impresoras, almuerzo, paginas web, clicks, metro, micro, comer, dormir. Luego me levanto denuevo, y así. Es raro, parece que no hubiera tiempo para uno. Sin embargo, sé que es cosa de costumbre, ya que la mayoría de la gente tiene horarios similares, y se las arreglan para seguir viviendo. Es bastante inhumano para la gente que tiene hijos, pero para uno que llega a la csa a puro tontear, supongo que da igual.

Habrá que aprender a acostumbrarse al horario y a la rutina, al menos por lo que queda de práctica (termino a mediados de Marzo, o según como se den las cosas, tal vez Abril), y luego prepararse mentalmente sabiendo que eso es lo que le espera a uno en la vida.
Seguiré buscando en MercadoLibre si alguien vende de esos relojes que detienen el tiempo. Lo necesito con urgencia.

miércoles, 30 de enero de 2008

Quisiera escribir

Quisiera escribir de todo lo que veo y siento a diario. Sobre todo porque es un momento en que me veo forzado (no de forma negativa) a compartir con gente nueva, enfrentarme a situaciones nuevas, y sobre todo, salir todo los días de ese reducto propio y oculto que es mi casa. Mi pieza, "Mi PC".

Partí el 16 de Enero haciendo mi práctica laboral, como ayudante en el departamento de informática de una empresa corredora de bolsa. Me voy todos los días en micro y metro, tal vez mis espacios favoritos para la reflexión. Aunque últimamente espacio es lo que menos hay, sobre todo porque por primera vez me toca irme a la peor hora con el transporte lleno. Salgo de mi casa más temprano de lo que debería tal como dijo don Iván Zamorano, para poder llegar a la hora. Y algo destacable: salgo disfrazado. Disfrazado de hombre grande, con camisa y corbata. Me miro al espejo y digo "que gran mentira", ya que no me veo a mi mismo, si no a un envoltorio, que es en el fondo lo que otros quieren ver. Igual uno se ve bien, pero sea como sea, ese no soy yo. Por lo menos no aún.

Al menos ya logré escribir algo. Veremos si me doy el tiempo de terminar un artículo un poco más detallado. Ojo, "si me doy el tiempo", no "si tengo tiempo", ya que "no tengo tiempo" es la mentira más grande la humanidad.

miércoles, 9 de enero de 2008

Santiago en (10 elevado a 2) palabras

Mi mamá solía decir que el Metro debía poner cultura en los espacios para publicidad de la parte superior de sus carros. Muchas veces no había afiches y parecía un espacio perdido. Ella decía que sería una buena manera de "cultivar" a la gente, sobre cosas como la historia de Chile

Cuando pusieron los textos de Explora en el Metro, con curiosidades científicas para niños, mi mamá no dijo nada. Cuando comenzaron a poner los cuentos de Santiago en 100 palabras, mi mamá tampoco dijo nada.
Yo creo que el problema no es con reconocer cuando las cosas se hacen bien. Yo creo que el problema es que mi mamá anduvo en Metro por última vez mas o menos cuando La Macarena estaba de moda. Por lo tanto cambió de giro y se dedicó a criticar a las micros desarmables del Transantiago. Esas donde se ve el pavimento desde dentro donde uno pisa. Si llegan a poner cultura en las micros si que sería peligroso: todos mirando para arriba, "pajareando", pasarían derechito al pavimento.

A propósito, este año estuve apunto de mandar historias a Santiago en 100 palabras. Apunto porque no lo hice, y no lo hice por dejado. Pero creo que de todas maneras no hubiera ganado, ya que discrepo totalmente con el criterio de los jueces del concurso. Honestamente lei 2 cuentos ganadores este año y no les encontre niuna gracia.

Quizás la diferencia entre los jueces y yo, es que yo no entiendo nada de literatura. Me gusta la escritura creativa en el sentido de la sorpresa, de que al final te digan algo inesperado, quizás gracioso, o que te haga pensar. Pero de ahí a conocer recursos literarios (que no sé lo que son) o como evaluar un texto de otra forma, ni idea.

Mitch me dijo que él tambien hace años que quería participar y no lo hacía. Al igual que yo, el mal del "más rato". Me dijo también que había una historia buena, sobre un superhéroe. La vi cuando el tren paró en Pedro de Valdivia. Pero un caballero de contextura gruesa y robusta - por no decir gordo - que iba delante mío, no me dejó leerla. De todas formas no habría alcanzado a terminar de leerlo en el poco tiempo que se detiene el tren.

Yo creo que la mayoría de la gente que lee estas historias no las entiende. De hecho, creo que yo no las entiendo. ¿Las entenderá el que las escribió? Algunos dicen que es como la música...el que la creó siente una cosa, el que la interpreta otra, y el que la escucha, otra. Aunque también debe haber mucha gente que viaja todos los días en Metro y jamás las ha leído. Difícil que la entiendan sin leerlas. A menos que tengan telepatía. Eso sería la raja.

Quizás deberían poner chistes. "La risa es el remedio infalible", dicen. Aunque chiste repetido sale podrido. Y si viajas todos los días, serían siempre repetidos, porque cambiarlos tan seguido sale muy caro. Tal vez poner espejos, para que las damas se maquillen y los damos se saquen la mugre de los dientes. Aunque con las caras largas que traemos, los índices de depresión subirían tanto que pasarían a llevar a los aviones que sobrevuelan Santiago, y quedaría la mansa escoba si el avión justo tuviera la mala suerte de estrellarse en el paseo Ahumada.

Sea como sea, para mi no importa lo que pongan en los paneles del Metro. Las leyes de la genética dicen que lo más probable, es que para cuando los hayan cambiado yo ya habré dejado usar el Metro. Estaré en otra parte, criticando algo más. Siempre habrá algo que criticar.