miércoles, 23 de abril de 2008

Querer, perder y recuperar


Mi maléfico y diabólico plan consistía en utilizar el dinero que gané haciendo la práctica para comprarme una consola Nintendo Wii, una adquisición que me perseguía en sueños hace meses. Fijar la fecha de término de la práctica justo hasta el día antes de mi cumpleaños, y así hacerme bolsa jugando en unas mini-vacaciones, post-trabajo, pre-examen-de-título. Tendría el dinero, el día de término estaba fijado, mi exámen tenía fecha para fines de Mayo. Todo cuadraba. Incluso el dinero lo tendría antes de terminar, por lo que la consola estaría en casa esperándome para cuando hubiera terminado el trabajo.

Ya había cotizado, y sabía que el lugar más barato era Todojuegos, una tienda ubicada en Vitacura. Imagino que el precio tiene que ver con el hecho de que no aceptan crédito ni débito, sólo efectivo. Así, apenas los billetes tocaron mi mano partí a comprar la consola. La plata me alcanzaba al justo, así que tuve el dinero en las manos solo unos pocos minutos. Le entregué mis billetes a la tienda, sabiendo que nunca más los vería, pero era por una buena razón; hacerme un regalo a mi mismo, darme un lujo. Fue una forma verdadera de demostrarme a mi mismo cuanto me quiero, sin acciones como "comer sano" o "hacer ejercicio", que en realidad, más que demostraciones de autoquererse, son formas de inversión a largo plazo. La verdad, nunca he tenido madera de inversionista.

Ese día llegué "que cortaba las huinchas" por jugar. Aún estaba trabajando, así que hasta el día de la salida, tendría sólo las noches para jugar. Todo excelente con la consola, entretenida, totalmente conforme. Al menos hasta el segundo día, en que repetinamente, luego de una inusual demora en la carga de un juego, tiró un error en pantalla. El televisor se llenó de un color negro, como el cielo cuando se acerca una tormenta, y unas letras blancas anunciaban que la diversión se había acabado.Cualquiera que me mirara a los ojos en ese momento podría haber visto la desvastación en mi mirada, además del reflejo de la pantalla frente a mi en mis pupilas que decía "Se ha producido un error. Consulta el manual". Aunque si alguien lo hubiera visto en mis ojos, lo habría tenido que leer al revés. El punto es que lo dejé pasar, ya que siguiendo las instrucciones, el equipo continuó funcionando normalmente. Pero al día siguiente, volvió a pasar. Al otro día también. Luego hubo un día que no paso nada, y luego siguió. Me empeñé en averiguar si era normal que las consolas ópticas tiraran estos errores (jamás habia tenido una, ni siquiera la promiscua Playstation). Me dijeron que no; personas que tenían su consola hace más de un año sin niun solo error me dijeron que utilizara la garantía porque eso no era normal. Así que llegó el momento de pelear temas de garantía y reparación.

Cuando uno empieza a lidiar con las garantías, es como cuando se tienen problemas amorosos. Todos vienen, como abejas a un panal, dándote consejo. "Llámalos a ver que te dicen", "Ánda a la tienda y cántaselas claritas, diles que si no, vas al Sernac", "Tenis 10 días para que te devuelvan la plata", "Mándala a servicio técnico", "Asesina al vendedor y a toda su familia". "Quema la consola y comprate una XBOX.". Finalmente cuandó llamé, me dolió la guata cuando me dieron el lapidário camino a seguir: "Trae la consola y la enviaremos a servicio técnico por 10 días hábiles".

¡10 DÍAS HABILES! Me quería colgar. Todo mi plan de dominación mundial se iba al carajo. El tiempo empezó a pasar como si alguien girara las manecilla del reloj hacia atrás cada vez que yo volteaba la mirada. Como si le sacaran las pilas a todos los relojes. Como si el tiempo retrocediera, o como si simplemente no avanzara; Repentinamente me di cuenta de que al final había logrado lo que tanto deseaba: detener el tiempo. Lástima que ocurrió cuando no tenía que ocurrir, justo cuando quería que la tierra girara más rápido. Y es que tal vez, tiene que ver con los fundamentos mismos de la motivación humana: queremos lo que no tenemos, y cuando lo tenemos, ya no lo queremos más (lo que, si no se interpreta de manera demasiado literal, es bastante aplicable).

Tal vez la vida puso a prueba en mi una de mis propias teorías, siguiendo el precepto anterior...quería tanto tener la Wii, que cuando la tuve, el interés paulatinamente empezaría a bajar. Pero entonces, me la quitaron, por lo que el interés volvió a subir. ¿Sería acaso tal vez ideal, obtener las cosas, luego perderlas, luego obtenerlas denuevo, para volverlas a perder? En el ámbito de las relaciones personales, será dificil saber, ya que al amor cuesta forzarlo tantas veces (aunque es seguro que hay más de algún caso), y ya que de la muerte, no se puede volver.

Espero no verme forzado a comprobar mis propias teorías, al menos en el caso de la Wii. Ojalá que la arreglen, de forma definitiva, y me la devuelvan pronto. Hasta ahora al menos, el interés ha crecido desmedidamente. ¿Volverá a decaer?



Aprovecho de disculparme con aquellos que no hayan recibido respuesta de algún comentario en las otras entradas del Blog. A veces, olvido revisar. Trataré de que no pase más ;)