martes, 30 de noviembre de 2010

Por encima de todo

Por encima de la mugre

Parque Mahuida, sendero Cerro la Cruz, Domingo 28 de Noviembre de 2010.

martes, 26 de octubre de 2010

Panoramas de Musica clásica y de cámara

Itzhak Perlman y la Filarmónica de Praga: presentación gratuita en Vitacura


El eximio violinista estadounidense-israelí Itzhak Perlman llega a Chile para presentarse junto a la Orquesta Filarmónica de Praga, dirigida por el inglés Nic Raine, para ofrecer dos conciertos gratuitos -vía invitación- que se centrarán en un repertorio integrado exclusivamente de música para cine. En el programa destaca una pieza de "La lista de Schindler", compuesta por John Williams, y que Perlman originalmente interpretó para la banda sonora que obtuviese el Oscar en la categoría.

Entrega de invitaciones gratuitas: El sábado 6 de noviembre, a partir de las 10:00 horas, se entregarán las 10 mil invitaciones gratuitas al público general, en el Centro Cultural Palacio de La Moneda. Se exigirá carnet de identidad y se entregarán un máximo de dos entradas por persona, hasta agotar stock.

Presentaciones:
Fecha: 17/11/2010 Horario: 19:30
Fecha: 18/11/2010 Horario: 19:30

Fuente(del texto robado): emol.com
http://wiken-panoramas.emol.com/fichas/?mod=2&idf=2529


Orquesta Usach 2010
FESTIVAL MOZART
"Redescubriendo a Mozart: las últimas Sinfonías"
Programa XII
 





Miércoles 03 de Noviembre, 19:00 hrs. – Aula Magna USACH



19:00 hrs. – Entrada Liberada
AULA MAGNA USACH
AV. ECUADOR 3659, ESTACIÓN CENTRAL - RM


 Director: David del Pino Klinge
Solista: Oriana Silva, Violín

Mozart: Sinfonía Nr.38 Praga
Becerra: Concierto para violín
Mozart: Sinfonía Nr.35 Haffner



Casa de la Cultura Anahuac del Parque Metropolitano (Cerro San Cristóbal)
Domingo 31 de Octubre
12:00 horas, entrada liberada
Quinteto de Vientos, Autores Latinamericanos

jueves, 16 de septiembre de 2010

Yanni

Ayer fui a ver a Yanni a Movistar Arena. No había ido nunca al recinto, y me gustó.
Lástima que el evento no se publicitó mucho, aparentemente el lleno debe haber sido de 60%.

Pero estuvo la raja.Y prometió volver. A ver si cumple.

Para quien no conoce, Yanni compone una mezcla de estilos new age, con algo de electrónica, y acompañado por una sinfónica. Nada más precioso.



lunes, 6 de septiembre de 2010

El hombre de la manilla

Este caballero oficia de manilla de una cajonera o cómoda en mi casa desde antes de lo que puedo recordar. Lo que sí recuerdo es haber dedicado varios momentos de mi infancia a pensar: ¿quién será?

Imaginaba que quien fabricó la manilla debió haber sacado el rostro de algún lado, lo que sería más fácil que inventarlo. ¿Será una persona real pero anónima? ¿o algún personaje que no conozco? Cualquiera que fuera la verdad, dudo que alguien haya pagado derechos por el uso de su cara. Y sí pensamos que en cada cajón hay 2 manillas, y la cajonera tiene 4 cajones, su cara fue usada ¡8 veces en un sólo producto! Basta con pensar que la manilla puede haber estado en cientos de muebles diferentes, para darse cuenta que ello convertiría a este pobre señor en el estafado del siglo (pasado).

 Durante un tiempo estuve convencido que era Pedro de Valdivia; según yo, parecía tener casco metálico. Ahora mirándolo mejor, pienso que es un gorro de dormir, lo que tendría sentido si es que guardas tus pijamas adentro.

Si usted lo conoce, comuníquese con su jefatura de policía local (otro más que veía Misterios sin Resolver cuando chico).

domingo, 5 de septiembre de 2010

Interest rate

Some people are passionate about a musical band. Others, about cars, money, or even about other people.
I would love to have a passionate interest in something. Anything. But apparently, i don't.

Maybe my fool's consolation is that my true interest, is to find an interest. But sometimes it doesn't sound like an interest at all. It sounds like a mere wish.

I mean, i have many interests, but none keeps me awake at night.
And despite the fact that this may be normal, expected or healthy... i'm pretty sure is boring. And a lot.

jueves, 19 de agosto de 2010

Choose and lose

Algo me ocurrió viendo esa cascada. Algo que sólo me ocurrió viendo tus ojos.

Un calor general en el cuerpo, y una profundización de la propia respiración. La ligereza hecha elemento entrando y saliendo de mis pulmones.
Los músculos se debilitan, como transfiriendo toda su fuerza y energía a los sentidos, a aquellos órganos que orgullosamente contemplan algo que hace que la cosa más bella del mundo no sea más que una chuchería barata.

Pero la cascada se ofrece humilde y a la vez majestuosamente, a todo aquel que quiera verla. Mientras que tu mirada egoísta se dirige sólo a otro lado, a otro ser.
La cascada baña a todo aquel que se aproxime, y cura la sed quien beba de ella. Tus ojos sin embargo queman lo que se cruza en su camino, y hacen que quien los vea, se pierda en un limbo de añoranza y desesperación.

No sé aun si te prefiero a tí...

sábado, 14 de agosto de 2010

Combustible

La gente buena debería ser reconocida.
Porque el reconocimiento es un reforzamiento positivo.
Y aunque algunos digan que no lo requieren, es mentira. Lo requieren, aunque sea de origen interno. El problema es, que no todos tienen la capacidad de autoreforzarse.

Pero mucha gente buena prefiere el anonimato. Pareciera ser que, el hecho de divulgar sus buenos actos, significara rebajarles algo de bondad.
Entonces, ¿vivirán estas personas sin reconocimiento?
Quizás para ellos sea indiferente. Hacen el bien sin esperar que se los hagan notar. ¿Pero para la sociedad? ¿No es deber de una buena persona hacerse notar para ojalá potenciar la bondad en los demás?

Algunos dirán: la bondad no se potencia. Se tiene o no se tiene. Pero yo discrepo.
Mucha gente necesita modelos. Íconos de comportamiento (bueno o malo) que les indique, si no el camino, al menos un referente conductual o moral.
Para ellos, por ellos, la gente buena debería hacerse notar. Para que vean que existe más gente buena. Para que vean que el mundo no está perdido. Para que sean valientes también y realicen actos de bondad por su parte tambien.

En muchos casos, sólo hace falta una pequeña chispa para iniciar una llamarada.

domingo, 1 de agosto de 2010

Cueste lo que cueste

El soldado se alista para la guerra. En su casa, empaca sus víveres y sus armas, se coloca su armadura. Su esposa lo observa, sentada a lo lejos, con lágrimas bajando por sus mejillas.


-¿ Y si mueres ? - dice repentinamente ella.
-No moriré - contesta el soldado - Soy hábil, inteligente, y rápido. Y el ejército al que pertenezco es el mejor.
-No depende de ti. Muchos hombres como tú han muerto ya luchando.¿Qué voy a hacer si...?
-No te preocupes amor. Te prometo que volveré, cueste lo que cueste.
-¿Cueste lo que cueste?
-Sí.
-¿Correrías para salvarte?
-Sí.
-¿Matarías para salvarte?
-Sí.
-¿Incluso a un compañero? ¿A un amigo?
-Bueno yo...
-¿Abandonarías a tu escuadrilla para salvarte? ¿Traicionarías todo aquello en lo que crees para cumplir tu promesa de volver?
-No sé, en verdad...
-Entonces, no prometas lo que no eres capaz de cumplir - sentenció la mujer, secándose las lágrimas -. Sólo vete, y esperemos que los dioses te protejan.

El soldado la mira un momento, preocupado. Luego, sin decir más, se da media vuelta, y sale de la casa, cerrando la puerta tras de él.
Mientras camina hacia el sol que en ese momento se asoma sobre la colina, dice en voz baja:
-Lo que no sé amor, es cómo puedes preguntarme eso. Mataría a los mismos dioses de ser necesario para volver a tu lado.

miércoles, 7 de julio de 2010

La gota de lluvia

Hace poco llovió. Pero imagino que si estuvieras en el Sahara, ahora mismo estarías diciendo ¡¡MENTIRA!!Así que mejor partamos diciendo... supongamos que llovió.

Supongamos también que saliste al aire libre mientras llovía. Que no tenías paraguas ni gorro, y que al menos un poco de agua te roció las mejillas.

¿Qué probabilidad existe de que una de las gotas de lluvia que surcaron tu rostro durante ese último e hipotético chubasco, haya contenido aunque sea 1 molécula que ya haya tocado tu cuerpo anteriormente?

Podría haberlo hecho en forma de gota de lluvia, muchos años atrás. O quizás la bebiste de la llave, cuando tenías sed. Tal vez recorrió tu cuerpo saliendo de la ducha, y se perdió en el oscuro submundo de los desagues.

Puede haber sido usada para regar un vegetal que te comiste como ensalada. O haber quedado adherida a tu ropa despues de lavarla.

A lo mejor incluso la has tenido cerca muchas veces sin saber. Una y otra vez, vuelve en distintos momentos y formas.

Entonces, desde cierto punto, pareciera que la gota no se agota de buscarte. Intenta e intenta, una y otra vez verte denuevo. Y recorre incansablemente suelos, ríos, mar y aire, en un incesante esfuerzo por volver a tener contacto contigo. Pero está sujeta al azar, y no es capaz de elegir dónde, cómo ni cuando aparecer.

Me hace pensar. Somos muchos menos seres vivos en el mundo que moléculas de agua en un vaso.
¿Cómo va a ser tan difícil encontrar a aquellos que buscamos?

lunes, 21 de junio de 2010

Oda a la prostitución terminológica

Vómito mental sobre el periodisco, la tecnolojía y el desporte.

Chile le ganó a Suiza. Muchos lo vimos en HD. Y si está en HD, es porque es Hi-Fi. Porque lo Hi-Fi, ya no es Sci-Fi. Si no me creen, conéctense a la Wi-Fi y busquen en el HTTP de la Web 2.0 de Gogle. En Lloutuve también está.
Es algo dantesco, así como el 27-F, que afectó a los cascos históricos de los centros neurálgicos de la nación. Esos que se saturan con el tránsito vehicular, con el material particulado y con la contaminación visual.
Habia espectación en la calle, en las casas, en los medios, en Faceboc, en Potolog, en Mesenyer y en Tuiter.

Pero ahí estaban. Los once guerreros de "el loco", enfrentando a los helvéticos. Hubo mucho fútbol, pero faltó un poco de fútbol tambien. Se vió la llegada y el contragolpe de los delanteros, digamos. El remate de Mark, y el pitazo final.

La hinchada estaba feliz; se abrazaban unos con otros, la fanaticada, los corresponsales, los enviados especiales, y los expertos también, por qué no. Y los que no estaban cerca, se llamaban. Sacaban sus 3G, 4G, 5G, Touch, Ipad, Ipod, Iphone, Ifake y cuantodiablo.
Algunos más nerds ya editaban las diversas Wikipedias en la internet, y se mandaban SMS con MMS y SMMMS para celebrar.
¿Y yo? Aplaudí, me alegré, y seguí con mi vida. Total, hay que saber darle al progresismo. Ya habrá tiempo para celebrar.

Informó desde el lugar de los hechos, en Umbingelelolandia, Apio Vera.

miércoles, 9 de junio de 2010

Un gran salto

Me di cuenta yo tenía el control del mundo. Todo a mi al rededor estaba  mi servicio y con sólo desearlo, todo lo que quisiera alguna vez, aparecería ante mi.
Di un salto, con una fuerza que jamás antes había sentido, golpeando potentemente en el duro suelo de concreto, dejando incluso trizaduras en la antes sólida superficie. Y vi cómo la cúpula del edificio en que me encontraba, se alejaba rápidamente. Me desplazaba por el cielo, volaba, libre de la gravedad, de las ataduras mundanas que nos provee la tierra, hacia el cielo, un cielo que parecía más azul que nunca.

Vi el cielo, vi las nubes. Vi a los hombres y mujeres que transitaban por las veredas con sus preocupaciones tan irrelevantes. Vi las casa, los edificios, las montañas. El sol, que se preparaba para esconderse y brillaba aún con radiante esplendor. Mi sombra se proyectaba en la calle, unos 200 metros más abajo, y yo seguía elevándome, sabiendo que nunca podría llegar tan alto como mi mente estaba en esos momentos.

Y como todo en la existencia, llegó a su fin de repente. La gravedad lanzó sus largos brazos, y sujetándome los tobillos, me haló, frenando no sólo mi ascenso, si no mis sueños de libertad.


Comencé a caer lentamente. Poco a poco el viento dejó de acariciar mis mejillas, y empezó a atacarlas, con furia desatada. La rapidez iba en aumento, por lo que, poniendo la mente en la tierra, calculé mi caída hacia un edificio cercano.

El ruido que se generó ante el impacto de mi caída al concreto se oyó estruendosamente a kilómetros de distancia. Sonó como si un gigante, con un martillo del tamaño de un barco, hubiese golpeado una gran montaña. Como un meterorito, mi aterrizaje dejo un cráter que expuso las vigas, ocultas dentro del concreto.
Una vez disipada la niebla generada por el impacto, volví a preocuparme de mi. Trate de sentir. ¿Algún hueso roto? ¿Dolor? ¿Sangre? Nada. Abrí los ojos, y miré mi cuerpo. Parecía que nada hubiera pasado, que nunca hubiese dado ese gran salto, como si estuviera con la tranquilidad de una tarde de domingo, sentado mirando el atardecer.

Y me di cuenta que había algo mejor que la libertad eterna. Que bajar siempre me daría la oportunidad de volver a subir, haciendo de cada salto una experiencia en la cual intentaría llegar más y más alto.

lunes, 31 de mayo de 2010

El engaño

Soñé con muerte. Él ya no estaba, se había ido, y lo único que quedaba era su cuerpo frío y su mirada vacía y perdida.
Luego desperté. Al levantarme, lo fui a buscar, pero no estaba.

¿A donde había ido? ¿Quién se lo podría haber llevado?
En verdad no era importante, porque cualquier día de estos aparecería en el umbral, mirándome con alegría.
No era cosa de esperanza, sino sólo de tiempo.

Y aquel sueño, aquella pesadilla, por real que pareciera, no era más que eso. Un juego de la mente.

¿Cuánto tendré que esperar?
Lo suficiente como para olvidar. Eso bastará. No sería la primera vez.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Cómo te quieren

Hay quienes nunca quieren verte triste.
Pero ¿significa que aquellas personas quieren verte feliz?

Pues no necesariamente. A veces significa que quieren verte cuando estas feliz, y no quieren verte cuando estás triste.

No todo es tan malo. Hay que estar feliz por tener al menos unos pocos que quieran verte, sin importar tu estado anímico. Y si estás triste, revertir esa situación.


Fin.
¿Debería tener un twitter? No sé, no me gusta estar a la moda.

domingo, 16 de mayo de 2010

Serenidad

Que la paz que llegó tras la furia, se preserve por siempre.

martes, 6 de abril de 2010

Desfase emocional

El cementerio es un lugar extraño. Obvio dirían algunos, pues no hay otros lugares donde estes consciente de que bajo tus pies está lleno de huesos de personas. Eso produce algo. No sé qué, tal vez sea diferente en cada persona. En mi, parece acentuarse esa ilusión de que el clima y el ambiente se relacionan con algún estado anímico sobrenatural, por llamarlo de algún modo.

El día que sepultamos a mi papá, por ejemplo, el cielo lloró.
El primer día que fuimos a verlo, era un día soleado y bastante cálido, como no se había visto desde hace algún tiempo. Hoy hacía un poco de frío. Era la fecha de su cumpleaños. El ruido de las máquinas que recogen hojas y cortan césped era movido por el aire, junto con el resonar a lo lejos del paso de los autos por la autopista.

A diferencia de mucha gente (y en común con otros, supongo), no siento una conexión con los fallecidos. No les hablo, no les rezo. No los saludo al llegar ni me despido al irme. Creo que si uno realmente entra a un estado de tranquilidad eterna al morir, necesariamente debe eliminarse la capacidad de escuchar las chácharas humanas. Sería penca morir, despues de toda una vida, y seguir escuchando las preocupaciones mundanas de otros.

Creo que esa posible conexión se rompió el primer día que lo fuimos a ver. Me senté en el pasto, y me autoconvencí de que él estaba ahí abajo, frío y quieto, por fin. Y me forcé a darme cuenta de que se había marcado un hito, un final inevitablemente.
¿Malo? ¿Bueno? No sé. Quizás ambas, por las más tipicas de las razones. Por un lado, el descanso eterno, el fin de sufrimiento (de ambas partes). Por el otro, el vacío, el punto final despues del cual sabes que no puedes preguntar, hablar, compartir.

Quedo con dudas, aunque no con pena. Y eso si se siente extraño.
¿Sería yo diferente si el jamás hubiera enfermado? Casi no tengo dudas.
¿Habríamos sido más felices? Es probable.
¿Qué relación habríamos tenido? ¿Qué mensajes habría guardado para cuando yo fuera más grande?  ¿Qué clase de persona era él? ¿Me habría aceptado como soy? De todas esas, no tengo ni la más mínima idea. Y nunca la tendré.


Me hubiera gustado haber vivido un duelo como la gente, no sólo con dudas, sino también con mucha tristeza. Eso me habría hecho sentir un poco más normal. Pero el duelo lo vivi hace aproximadamente diez años atrás, cuando se lo llevaron a una casa de reposo.

Ese desfase no parece correcto. Debe de tener repercusiones.
Por ejemplo, la mayor parte del tiempo no sé bien qué debería sentir.
¿Qué otras pifias habrán quedado impresas en mi?

Llore hoy, despida mañana.

domingo, 4 de abril de 2010

Piñera y Tusunami o Marepoto

No podía faltar.
No encontré el audio original en contexto donde dijo "tusunami", pero según me han dicho fue durante el discurso del 11 de Marzo.
El primer mix lo hizo la radio ADN. Muy bueno!
(no se quien agregó a Darth Vader bailarín, pero claramente exacerba la perplejidad)



Y luego vino la guinda de la torta.


Y de ahi algunos mixes.

Poto poto poto...



Tiene tremendo...Marepoto!

miércoles, 24 de marzo de 2010

El triángulo

La chica de rojo miraba al muchacho de amarillo. El muchacho de amarillo observaba de reojo a la niña de rosado, y la niña de rosado veía fijamente y desde lejos, a la chica de rojo.

Todos estaban conectados. Solo que no en la manera que hubieran querido.

sábado, 20 de marzo de 2010

Lista de razones de por qué estas mal

Esta es mi teoría sobre ti:

No eres feliz principalmente porque no te quieres a ti mismo.

No te quieres a ti mismo porque:
-No te perdonas los errores (ni siquiera los tontos e insignificantes)
-No te sientes merecedor.
-Te autoconsideras un problema.
-No te proyectas porque temes no cumplir.
-Temes a los demás, pero por sobretodo a ti mismo.

Te temes a ti mismo porque:
-Crees que un día perderás el control.
-Tu propio miedo te asusta.
-No te conoces realmente.

¿Podrás solucionarlo? Después de todo, eres una buena persona.

jueves, 18 de marzo de 2010

Everyday's tie

Todas las mañanas - de lunes a viernes - el hombre de la corbata se ducha, se viste (con su ambo negro impecable, y su corbata), toma desayuno y camina al paradero más cercano.
Toma la micro, y se baja siempre en la misma esquina. Saluda al mismo conserje del edificio cada día (excepto los viernes, en que por alguna inexplicable razón, lo cambian) y sube por el ascensor.
La misma secretaria le regala una sonrisa atornillada (que a veces se desatornilla sin querer) antes de sentarse en su silla de todos los días.
Se toma un café, con la misma cantidad de cucharaditas que le echó ayer, se sienta frente a su computador, y navega por la misma página web que el día anterior.

Hace básicamente lo mismo que todos los días, exceptuando que todos los días las peleas y gritos son por una nueva razón, la cual sí cambia, pues cada día parece ser más tonta que el dia anterior. Entrega unos reportes a su jefe, que sin mirarlo, y llamándolo sólo por su apellido, le agradece mecánicamente y le pide que salga de su despacho.

A la misma hora de ayer sale a la calle, y toma la micro, que sí trae cambios: cada día pasa un minuto más tarde que el día anterior. Llega a su casa, saluda a sus hijos, a su esposa, come algo, ve televisión, se ríe de chistes baratos y repetidos en el "Morandé", y se va a dormir.

El hombre de la corbata siguió religiosamente ésta rutina durante unos 5 años, interrumpida sólamente por las vacaciones de rigor en algarrobo, donde por norma arrendaba siempre la misma cabaña frente al mar.
¿Antes de esos 5 años? Era básicamente lo mismo, pero trabajaba en el edificio del frente.

Pero un día, al despertar, el hombre de la corbata sintió algo extraño. Un impulso distinto, que lo llevó a levantarse de golpe y, sin saber por qué, corrió hasta la cocina.
Sacó del refrigerador una fuente con porotos fríos del día anterior, y se los comió con la mano. Besó en la boca a su mujer y acarició el pelo de sus hijos, dejando rastros de su desayuno en cada lugar que tocó.
-¡Hace mucho calor! - dijo, tomando su corbata y un abrigo peludo del armario de su esposa, y poniéndoselo salió de la casa así tal cual: despeinado, en pijamas, con abrigo de piel y corbata, dejando a su mujer e hijos con la boca abierta; cada boca más abierta que la anterior.

Al hombre de la corbata sobre el abrigo le costó subir a la micro; sus zapatillas de levantarse se le salieron un par de veces al saltar los escalones para subir.
Marcó su tarjeta BIP 3 veces (las 3 veces funcionó correctamente), y se instaló en un rincón, preso de las miradas de los demás pasajeros. Algunos lo miraban con miedo, como si temieran que los atacara o robara algo. Otros parecían divertidos por la aparición de tan pintoresco personaje en el transporte público. Un grupo pequeño tenía cara de lástima, por la condición mental de este pobre hombre. El resto se apresuraba a sacar monedas de sus carteras y mochilas. Había que darle dinero por... lo que sea que fuera hacer.
Dándose cuenta de aquello el hombre, con una sonrisa de oreja a oreja, comenzó a cantar:
-Uuuuun gorroooo de laaanaaa, teeee mandéaaa tejeeeeeer....

Se bajó de la micro 6 cuadras después de lo debido, para no dejar a su público a mitad de canción. Se guardó en los bolsillos de su bata de levantarse las decenas de monedas que tenía en las manos, y emprendió camino a su edificio, corriendo y saltando, sin siquiera darse cuenta que una de sus zapatillas se alejaba, en la pisadera de la micro, junto a las risas de los pasajeros.

-Buenos días señor...ah? - exclamó el conserje, subiendo la mirada asombrado.
El pato Donald lo miraba desde el otro lado de su escritorio. El hombre de la corbata se escondía tras una máscara que acababa de comprar afuera de su edificio, y riéndose comenzó a subir las escaleras, con el ruido de fondo de la risa del conserje.

No conocía estas escaleras. Siempre había usado el ascensor para llegar a su oficina en el segundo piso. Entró a su oficina haciéndose él mismo una fanfarria, con la cara rayada con un lápiz labial que encontró en el abrigo, y le dijo a la secretaria:
-¡Saludos, cara pálida! ¡Venir en son de paz!
La secretaria, que se estaba maquillando en ese instante, soltó una larga carcajada de verdadera alegría, que parecía ser la primera en mucho tiempo.
El hombre corrió a la sala de reuniones, y al abrir las puertas de par en par, quedó enfrentado a su jefe junto a la mesa directiva de la empresa. Diecisiete rostros se voltearon juntos hacia un hombre despeinado, en pijamas, con la corbata puesta sobre un abrigo de piel, la cara rayada como indio americano, y una sola zapatilla de levantarse. Ah, verdad, y con una máscara de pato Donald en la mano.

Antes de que se dijera cualquier cosa, el hombre se acercó a uno de los ejecutivos que tenía más cerca, le tocó el hombro, y le dijo:
-Tú la llevas.
Y acto seguido, corrió a esconderse tras una de las puertas que acababa de abrir, mostrando solo sus ojos y su estrafalario peinado.

Dieciseis de los rostros se voltearon nuevamente, esta vez hacia la figura que se encontraba al final de la mesa, de frente a la puerta.
-¡Qué significa ésto, Ramirez! - dijo finalmente el jefe.
-Significa que él nos persigue, y todos los demas escapamos.
-¡No se haga el idiota!
-Bueno jefe, significa que ya basta.
-¿Cómo?
-Sí - dijo el hombre saliendo lentamente de su escondite - Es que cuando yo era jóven, mi padre me dijo "basta de juegos, basta de perder el tiempo, y basta de estupideces. Es hora trabajar". Pues despues de 20 años, ahora yo digo que basta de trabajar, pues es hora de jugar, perder el tiempo y hacer estupideces.
El jefe lo miró con inescrutable expresión durante un par de segundos. Luego, bajando la mirada a sus papeles, dijo:
-Bien. Haga lo que quiera. Está despedido.

El hombre de la corbata hizo una reverencia, y salió de la sala imitando un tren, acompañado de su propio audio haciendo el "chiki chiki chiki chuuu chuuuu!".
Salió de la oficina al pasillo del edificio, cantando alegremente, ante la curiosa mirada de sus colegas, que espiaban la escena por sobre sus cubículos. Bajó las escaleras, y nunca más se le vió.

Se llevó a su familia, dejando su casa abandonada. Nadie más supo del hombre de la corbata. Algunos dicen que se unió a un circo. Otros, que se cambió de apellido y se compró una aerolínea. Pero la verdad es que hasta hoy es recordado en su oficina, sacando más de una carcajada a diario, incluso del jefe. Y su cubículo permaneció tal cual como él lo dejó. Nunca lo vaciaron, como esperando que un día volvería a trabajar.

A mi me gusta pensar que se volvió pescador ermitaño, o que se compró una parcela para cultivar vegetales en el sur.
Pero sea lo que sea que esté haciendo, una cosa es segura: debe ser el único de su especie usando una corbata sobre un abrigo de piel.

lunes, 15 de marzo de 2010

La guitarra

Te sentaste en el piso, con la vista fija en el cielo, que podía verse a través de la ventana. Ese mismo cielo celeste que, al cabo de unas horas, se tornaba negro y lleno de destellos ante tus ojos, que no se despegaban de ese precioso panorama.

Él tocaba la guitarra cerca tuyo, concentrado en hacerlo bien, como si nada más existiera en el mundo.
Y tu querías concentrarte en ello, tal como él; dejarte llevar por el sonido y por el momento, que hasta entonces, parecían ser la esencia de la vida.

Pero inevitablemente esas nubes y esos destellos en lo alto te recordaban que alguien más allá sufría, que alguien se sentía solo, y lloraba. Que no todo el mundo era feliz junto contigo, que eramos un todo, pero sin embargo, no eramos homogéneos.

Y la dualidad consumía tu mirada, tu pensamiento, tu alma. Querías ser feliz y el mundo parecía decirte que no era el momento ni el lugar. Y tal vez nunca llegaría el minuto adecuado, y tal vez, nunca existiría el espacio correcto. ¿Era tan malo aferrarse a una ilusión?

Pero no todos lloraban. Algunos a lo lejos reían, pero tampoco junto a tí. Reían por otros motivos, desconocidos, sin estar conscientes de tu existencia, y posiblemente, de la propia tampoco. Celebraban, bailaban, jugaban. Disfrutaban del momento, para algunos, tan largo (o corto) como la vida misma.
Mirando el panorama completo te parecía que, tristes o alegres, todos estábamos separados. Unidos quizás por unos hilos invisibles, que no trasmiten movimiento ni calor, ni superficie ni esencia. ¿Había alguna diferencia entre aquello y la separación completa?

Y escuchabas la guitarra sonar, y querías que no se detuviera.
Aunque oías el sufrimiento del mundo sentías que, allí y entonces, era lo más cerca que habías estado del cielo.

domingo, 28 de febrero de 2010

Escalofrío del planeta

3:34:10 hrs. Comienza un movimiento telúrico cerca de Cobquecura, octava región.
3:34:40 hrs. El terremoto se siente en mi pieza. Se corta el suministro eléctrico.
3:34:50 hrs. Me despierto, esperando en mi cama que el movimiento cese.
3:35:03 hrs. El movimiento aumenta su magnitud. Me levanto, y espero en el pasillo.
3:35:10 hrs. La piscina pierde al rededor de 2000 litros de agua, que salta y se esparce por el patio.
3:35:15 hrs. Se quiebra el vidrio en que estaba enmarcado mi título al caer al suelo.
3:35:32 hrs. Caen pedazos de algunos revestimientos de paredes al exterior de la casa.
3:35:40 hrs. Más trozos caen. El techo sobre el auto lo protege de abolladuras soportando el peso de más de 40 kilos de escombros.
3:35:43 hrs. Cae una corniza interior sobre la cama de mi madre. Ella no estaba en el lugar.
3:35:51 hrs. La intensidad baja levemente. Se cae un pequeño cactus en la repisa del comedor.

domingo, 21 de febrero de 2010

Different, and happy about it


Simon's Cat

Existen varias formas de ser diferente, ésto producto de lo promiscua que se ha vuelto la palabra en sí misma.

Está lo diferente bueno, como el chocolate, cuando pruebas uno nuevo.
Está lo diferente malo, como tu peinado, cuando te olvidas de peinarte antes de salir.
Está lo diferente igual, como las tribus urbanas escolares, en que te vistes distinto al resto, pero hay millones que se visten como tú.

Lo diferente leve, como ponerle reloj al horno de la cocina.
Lo muy diferente, como el Kapo sabor chicle, o las pop-corn saladas.

Y así, hay diferentes formas de ser diferente.
Hay gente que quiere ser diferente. Hay otros que no, pero que tampoco quieren ser iguales al resto.

Por otro lado, el diccionario dice que la diferencia es el resultado de una resta. ¿Significa que sólo si soy menos que el de al lado, soy diferente?

Podemos tener diferencias de opinión, de raza, gustos, altura o condicion sexual. Sin embargo, a final de cuentas, no hay diferencia; todos venimos de la misma fuente, y todos vamos hacia la misma sartén.


miércoles, 3 de febrero de 2010

Viutiful flauer


Algunas bellezas son tan hermosas, que parecen irreales.


sábado, 30 de enero de 2010

Lo que Cervantes dice


Life as it is. I have lived for over forty years and I've seen 'life as it is'. Pain. Misery. Cruelty beyond belief. I've heard all the voices of God's noblest creature -- moans from bundles of filth in the street.

I've been a soldier and a slave. I've seen my comrades fall in battle or die more slowly under the lash in Africa. I've held them at the last moment. These were men who saw 'life as it is,' but they died despairing. No glory. No brave last words. Only their eyes, filled with confusion, questioning, 'Why?' I do not think they were asking why they were dying, but why they had ever lived.

When life itself seems lunatic, who knows where madness lies? Perhaps to be too practical is madness. To surrender dreams, this may be madness. To seek treasure where there is only trash. Too much sanity may be madness. But maddest of all -- to see life as it is, and not as it should be!

Man of La Mancha.

Cuando la vida en sí parece demencial, ¿quién sabe donde yace la locura? Quizás ser muy practico es una locura. Abandonar los sueños puede ser locura. Buscar tesoros donde sólo hay basura. Demasiada cordura puede ser locura. Pero lo más demente de todo -- ver la vida como es, ¡y no como debería ser!

jueves, 28 de enero de 2010

Humans, another pointless reflection

You look yourself in the mirror, and you start to laugh. " What am i, but a fluff in the air, a handful of dust carried away by the wind?"
Uncertainty tires you. It has been corroding your thoughts since several years ago and, however, you aren't able to reach clarity about what you want, and what you believe.

Some people want to be superheros or knights. Other, the most, want to be rockstars o millionaires.
But, in times when every good idea has a copyright, and every damsel stands for herself, it seems like you had no place.
Bravery lays on fools. Nevertheless, there are many fools, and so little courage.

You are living a decadent era. Where plastic replaces hugs, and smiles are transformed in car honks. What happens to us when we realize that an "i hate you" weights so much, and an "i love you", so little?

That is what occurs when everyone seems to say and dream the good, but do and think the bad. The key to coherence must be to understand yourself. There are few who actually acomplish that, because in fact, there are just a few who bother to try. I know, it's so difficult. Maybe somewhere a manual exists to do it?

Hundreds of years ago, it seems like everything is about to collapse. But still don't.
Will it happen soon?

domingo, 24 de enero de 2010

El vecino interdimensional

En la calma del comedor de mi casa, con las ventanas abiertas por el calor, se escucha por las tardes a lo lejos una batería musical. Cada vez que se oye, en mi casa surgen comentarios como "pobre gente la que vive al lado de esos tipos", "seguro que debe tener tapizados los muros con bandejas de huevos" o "debe ser como vivir al lado de Sergio Lagos".

El tipo (que podría ser una tipa, aunque la probabilidad es más baja) a veces practica por las tardes durante la semana, ya que se escucha sólo su instrumento. En otras ocasiones, generalmente fines de semana, se escucha el conjunto completo tocando melodías de Iron Maiden y otras que no reconozco.

Al nivel de volumen que se escucha desde mi casa, no molesta, y casi es agradable. Pero como la curiosidad mató al gato, y el gato se come al ratón, y ratón tiene hanta, decidimos un día con mi familia salir a dar la vuelta a la manzana, con el único, insensato y chismoso fin de saber dónde vive el susodicho.

Para nuestra sorpresa, tras una vuelta olímpica a las 4 calles que rodean mi casa, no se escuchaba ni un sólo instrumento, en ninguna dirección.

Teorías conspiradoras comenzaron a surgir en base a este simple hecho. Algunas descabelladas hablaban de que el sonido podía provenir de 2 cuadras hacia el poniente, que es la dirección opuesta a donde pareciera provenir en primera instancia. La explicación para ésto sería el rebote de las ondas sonoras en las "sólidas" construcciones que poco a poco van bañando nuestra comuna.
Otras propuestas, mucho más cuerdas, decían que sonido provenía de un portal dimensional localizado a 50 metros desde el suelo, en la parte trasera de mi casa, y que en realidad no era una banda tocando, si no un pulpo intergaláctico multi-instrumental que gustaba del rock terrestre.

En otra oportunidad, nos dividimos en equipos, un equipo se quedó en la casa escuchando la melodía a lo lejos, y otro salió a recorrer. La hipótesis era que habíamos tenido la mala suerte de salir justo cuando el músico terminaba su sesión, y por eso no encontrabamos la fuente del sonido. Lamentablemente, éste plan tampoco dió frutos: el equipo de casa aseguró que la música nunca se detuvo, y el equipo de calle nunca escuchó nada.

Actuales propuestas planean solicitar fondos de investigación a las universidades o al estado para instalar una escalera de unos 20 metros en el patio de mi casa para dar respuesta de una vez por todas a esta interrogante tan enigmática.

Lamento no tener una respuesta por lo pronto, pero créeme que es muy probable que cuando descubramos el origen del fenómeno, lo veas publicado en la portada de la revista Revista Science. O en LUN. O en mi blog. O más probablemente, un completo reportaje en el canal NadieTV.

jueves, 21 de enero de 2010

"It's me! Bender!"

¡ Muerdan su brillante y metálico trasero !

Este pobre Bender recorrió muchos kilómetros para llegar aquí. Lo hicieron unos chinos, lo vendieron en EEUU, y lo compró un chileno como regalo de navidad atrasado.

Aunque su trasero es plástico de hecho. Gracia hemaniiiito....

Los que no hayan visto las películas de Futurama, y les guste la serie, véanlas. Son 4, y al menos las primeras 2 las encontré notables. Lástima que no estan en el doblaje clásico (mismo problema de los Simpsons), así que es mejor verlas en inglés. Estos son los nombres:

Bender's Big Score
The Beast with a Million Backs
Bender's Game
Into the Green Wild Yonder

Las 2 primeras las dan en Cinecanal a veces. Chau!

miércoles, 20 de enero de 2010

Vice in the dark

Dicen que el vicio nos acecha desde lo oscuro con su ominosa presencia. Y es verdad.

martes, 19 de enero de 2010

Knights of the Birds

Recuerdo la llegada a ese pueblo como si hubiera sido ayer. Después de dedicarme a la pesca durante toda una vida, lo cual apenas me alcanzaba para vivir, decidí buscar nuevos horizontes, viajando a un lejano pueblo minero. Un amigo vivía allí, y me convenció de ir, hablándome de las aventuras y riquezas que se encontraban en esas tierras fantásticas.

El sol parecía estar en el centro del cielo cuando llegué. Al comienzo me pareció un pueblo desolado. Algunos pocos animales, como cerdos y gallinas, paseaban libres por sus calles. Antiguas construcciones de bloques de concreto y techos de paja se levantaban junto al estrecho camino, rodeadas por un bosque verde y profundo. Éstas albergaban a diversos comerciantes que ofrecían sus productos al aire que los rodeaba, ante una soledad inquietante en todo el pueblo a la vista. Mi amigo me había dicho que el alma del pueblo eran las minas, donde se congregaban todos los habitantes para conversar, intercambiar productos y por supuesto, extraer minerales para vender, o forjar los más diversos tipos de armas y armaduras.

Claro, y es que armarse era necesario. Aparte de las maravillas que me había contado, mi amigo también me advirtió que el pueblo tenía sus peligros. Extrañas criaturas merodeaban los bosques y, a veces, incluso atacaban al pueblo y a sus habitantes. Eran seres distintos a nosotros, según me los describió; criaturas de piel arrugada y verde, calvas y con sobresalientes colmillos. Vestían harapos, que asemejaban vagamente ser armaduras de combate, e iban armados por lo general con un grueso mazo con el que atacaban a todo el que les pareciera extraño. Algunos decían haber visto algunas incluso practicar formas básicas pero igualmente aterradoras de magia para dañar a los aldeanos.

"Pero no hay que temer"- escribía mi amigo - "puesto que el pueblo cuenta con nobles guardias, dispuestos a morir por defender a los honrados habitantes de estas tierras, y que aparecerán con la velocidad de un rayo ante cualquier llamado o atisbo de problemas". Estos mismos guardias, de hecho, pasaban junto a mí en sus impresionantes corceles de pelaje blanco grisáceo, patrullando el camino costero a medida que me acercaba a la mina, que a juzgar por la cercanía del monte, no quedaba mucho más lejos.

Delante mío encontré un puente, el cual cruzaba por sobre un pequeño río, que inmediatamente después se unía con otro afluente. Justo en la costa, se encontraba el campamento gitano, entre ríos y montañas. Pequeñas carpas albergaban a los comerciantes y mineros, que alegremente trabajaban y charlaban, como si ninguna preocupación cruzara por sus mentes, como si aquella apacible tarde fuera a durar para siempre.

Una forja era el punto central del campamento, donde un hombre de barba y brazos musculosos agitaba incesantemente un enorme martillo, golpeando un mineral de color naranjo, caliente como la lava, y poco a poco transformándolo en lingotes, que al enfriarse se tornaban de un color rojo carmesí.
Varios hombres de similares características, todos con sus ropas completamente sucias por el roce con la roca y el mineral, esperaban su turno para usar la forja, mientras otros se dirigían a una gran y oscura abertura en la base del monte. Me dirigí allí para buscar a mi amigo.

Allí lo encontré, en la noche de la mina, alumbrado por una pequeña lámpara de aceite, golpeando sin descanso la roca, y guardando pequeñas piedrecillas en su bolso. Me saludó, mostrándome la recolección de su día de trabajo. A decir verdad, no parecía ser mucho mineral.
Me explicó que recientemente había llegado una ola de extranjeros, tales como nosotros, buscando riqueza y aventura. Los aldeanos, me contaba, eran generosos ayudando y guiando a los novatos, pero la tierra no aguantaba tal demanda, y los minerales comenzaban a escasear.

Salimos de la mina, para que él pudiera también moldear el mineral que había extraído. Me contó que aún no tenía ni el mineral ni la habilidad suficiente para forjarse un arma, así que había buscado otras formas para defenderse mientras tanto. Me estaba comentando rumores que hablaban sobre una villa abandonada al norte, con minas vírgenes y de tamaño mucho mayor a las de este poblado, cuando de pronto, escuchamos gritos.
-¡Orco! ¡Orco se acerca!
Una de las criaturas de las cuales me había hablado, corría hacia nosotros, a pocos metros de distancia. Con una expresión de rabia y con un mazo en la mano, perseguía a los asustados mineros, que corrían hacia las carpas llamando a los guardias.

Como salido de la nada, uno de los guardias apareció, y se paró delante de nosotros. El orco se detuvo en seco al ver a esta figura, vestida en armadura de hierro, que sostenía una lanza y una antorcha encendida, y que lo observaba con calma pero a la vez, desafiante.
-¡Vuelve al bosque bestia asquerosa! - comenzaron a gritar los aldeanos.
-¡Mátenlo!
-Pero, ¿por qué el guardia no se deshace de esa monstruosidad? - pregunto una mujer asustada.
-El rey nos ha ordenado - dijo el guardia - mantener nuestra guardia siempre cerca del campamento. No tengo autorización para salir de este lugar, ni para atacar a esta criatura a menos que traspase las fronteras de nuestro pueblo. Pero no los detendré si alguno de ustedes desea, y tiene el valor para hacerlo.
Los aldeanos y mineros se miraron unos con otros, algo nerviosos. Ninguno parecía tener experiencia en combate, y mucho menos, deseos de morir.
-Yo tengo un hacha. - dijo un hombre, que se encontraba vendiendo leña - Puede usarla aquel que se atreva a matar a la bestia.
-Yo lo haré - dijo el hombre que unos instantes atrás fabricaba lingotes.

Tomó el hacha de manos del leñador, y se acercó temerosamente al orco, el cual tenía la mirada fija en los aldeanos a los cuales había perseguido, sin prestar atención al hombre que se le acercaba por el lado. Cualquiera habría pensado que no lo había visto. El hombre llego a un par de metros de la criatura, levantó el hacha para disponerse a atacar, y sin darse cuenta, y con una rapidez excepcional, el orco lo golpeó en los brazos con el mazo, lanzándolo hacia atrás, y despidiendo el hacha por los aires.

El hombre quedó sentado, tomándose la cabeza con una mano. Hizo unos movimientos extraños, una especie de amago de levantarse, pero parecía aturdido. El orco se acercó a él lentamente, ante la impactada mirada de todos los aldeanos, y el llanto y gritos de las mujeres y los niños. Hubo un sonido de golpeteo que se acercaba, y de pronto, tras un sonido metálico y un golpe fuerte, el orco cayó de rodillas, sangrando por una gran herida en su estómago.

Un caballero, montado en un corcel de piel café, con la crin del color del trigo, yacía entre el orco y el hombre de los lingotes. Su imponente figura vestía una armadura reluciente, que reflejaba la luz del sol, haciéndolo parecer casi un ser bajado del cielo.
-Deben de tener cuidado señores - dijo el caballero - pues estas criaturas no son de confiar. Son viles y no se les debe tener misericordia, como tampoco ellas la tendrán con ustedes.
Los aldeanos lo miraban fijamente y con evidente admiración. Debo confesar que yo estaba emocionado también. Mi amigo lo observaba, como preguntándose cuantas aventuras habría vivido aquel hombre, cuantas batallas, cuanta gloria.
-He venido por orden del rey - continuó el caballero - a guiar a todos aquellos valientes que deseen aprender de las artes del combate y estén dispuestos a pelear por su majestad en la defensa de nuestra ciudad capital, ante la reciente invasión de seres indeseables como el que acabo de ajusticiar. Les mostraré el camino hacia allá, donde aprenderán a lidiar con criaturas como ésta - dijo apuntando sin mirar con su espada, que aun chorreaba sangre, al orco en el suelo.

Esto trajo mi atención a la verde criatura nuevamente, la cual había quedado en el piso tendida de espaldas al campamento, y a nosotros. El hombre de los lingotes ya se había puesto de pié, y algunas personas lo ayudaban a entrar a una de las carpas.
Pero algo no estaba bien. El hacha no se veía por ninguna parte. Justo en el momento en que me percaté de ello, el orco se incorporó de improviso, ý se volteo hacia el caballero, quien aún hablaba distraídamente a los embelesados aldeanos. Tenía el hacha en las manos, y la levantó en el aire para atacar al caballero por la espalda. No alcancé a gritar. Fue demasiado rápido, y el miedo y el asombro me bloquearon. Se escuchó un leve golpe y algo pasó cortando el viento junto a mí. Cuando me di cuenta, vi que una flecha había atravesado la frente del orco, quien quedo unos segundos de pie, inmóvil, con el hacha deslizándose de sus manos, para luego caer hacia atrás, muerto al fin.

Al mirar a mi lado, buscando el origen de la flecha, vi a mi amigo, con sus brazos en el aire, sosteniendo un arco y apuntando hacia donde segundos atrás, la bestia estuvo apunto de matar al caballero.
Algunos curiosos se acercaron a mirar el demacrado cadáver del orco. El resto de la gente aplaudió al minero que salvó al caballero. El minero que pronto sería un caballero.

-Parece que haremos un viajecito a Britain - dijo mi amigo sonriendo.

lunes, 18 de enero de 2010

Maratón de a 1

Hoy estaba sentado en el computador (para variar). De repente, sin razón aparente, sentí deseos de correr. Me puse zapatillas y salí de la pieza.

Mi hermano, echado con su notebook, no me vió pasar. El día estaba inusualmente fresco; un poco de viento, con nubosidad parcial variando a despejado (mandaré currículum a Tv tiempo). Ésta sería una buena oportunidad para comprobar mi estado físico -probablemente deplorable- sin derretirme en el intento.

Llegué al patio. "¿Seré capaz aún?" pensé. Lo más cercano que había estado a trotar desde mi salida del colegio era al perseguir las micros que no paraban donde correspondía. Y con el transantiago, ya ni eso era necesario ( wow... un cumplido para el transporte, ¡quién lo diría! ).

¿Como era que se hacía? Recordaba que "correr" era algo parecido a "caminar"... sólo que un poco más rápido. Mi pié izquierdo se adelantó, dejando al derecho atrás, pero éste sin demora se impúlso con pierna, cuerpo y todo hacia adelante, dejando al izquierdo atrás, el cual recuperaría la delantera de inmediato. Ésto se convirtió en una cíclica pelea entre pies que duró 15 minutos cronometrados (no se le puede pedir más a alguien que no ha trotado desde hace 5 años atras), en un pequeño circuito urbano-rural (baldosa y pasto) en forma de un "8" de al rededor de 20 metros. De hecho la forma del circuito empezó mareándome, pero luego se me pasó :P.

Era curioso. Era algo tan lejano que hasta fue como nostálgico. Vinieron a mi mente los recorridos de la muerte a la cancha de mi colegio, en que por contraste uno se veía desmerecido frente a los más atléticos de su propio curso, y relegado al grupo de los gorditos y los pajeros. Creo que 15 vueltas en 12 minutos era un 7, y a mayor tiempo, menor nota (nunca tuve un 7, pero en mi defensa, tampoco menos de 5).

Mi garganta se secó y comenzó a arder un poco, como si la fricción del aire con los ductos internos de mi sistema respiratorio los desgastara. Sudaba como si estuviera en un sauna, pero el choque del aire con mi cara me mantenía fresco.

Mientras corría, vino a mi de repente la pregunta más obvia. ¿Por qué estoy corriendo?
Comencé a buscar posibles explicaciones:

Algunos lo hacen para mantener el estado físico.
Erika Olivera corre porque quiere ganar.
Otros dicen correr porque los entretiene (seguro no tienen TV o computador).
Forrest Gump corría porque estaba aburrido (concuerda con la anterior).
Sonic corre para frustrar los planes de dominacion del Dr.Robotnik.
Speedy Gonzalez corría para robar queso y alimentar a su familia (¿o eran amigos?).
Ante tantos ejemplos, cada uno más noble que el anterior, decidí teorizar por mi cuenta.
Creo que primeramente, quería saber si me la podía aún. Un criterio suficientemente salomónico como para satisfacer mi autocrítica masoquista, que me permitiera saber si en definitiva soy joven aún, o me transformé en un viejo de golpe.
Segundamente, creo que buscaba una metáfora física que me permitiera sentir que avanzo. Hacia lo bueno o hacia lo malo, da igual, pero avanzo. Lo que significa, a la vez, que dejo atrás lo que ya ha pasado. En ese aspecto, preferiría pensar que dejo atrás todo lo malo, y sólo lo malo. No se si lo estoy consiguiendo.

En ambas motivaciones siento que tuve un resultado positivo. Me siento viejo, pero tengo el potencial de seguir siendo joven, mental y físicamente. Y respecto a la metáfora, resultó curioso experimentar sensorial e inmediatamente el desgaste de la vida, pero a la vez las recompensas del crecimiento, que muchas veces, no vemos con claridad.

No sé si repita el experimento. Pero por ahora, misión cumplida.