sábado, 3 de mayo de 2008

La Gran Estufa

Llegó el invierno. No ha partido en términos de fecha, pero sí en lo que respecta a la temperatura. Los dedos de los pies se congelan al punto que no los sientes, y simplemente no sabes si aún están ahí, o se rompieron en cientos de pedazos como hielo picado.
Y es ahí donde surgen tantos de los grandes avances del ser humano. Como una vieja le doy contacto a mi Scaldasonno un rato antes de ir a dormir, mientras me caliento en una estufa metálica del tipo mata-neuronas. Es tan vieja como el frío mismo, y está llena de cosas sueltas adentro, por lo que al moverlas, tus vecinos se enteran de inmediato. Cada vez que la prendo no se si lo que me voy a quitar es el frío, o la vida producto de una explosión de gas. Además el ruido que produce ya es casi un sinónimo de "frío" en mi casa, y genera calor tóxico y abrigador como sólo la parafina puede dar.

Pero el caso es que no es de parafina, es de gas licuado, pero a veces parece que lo fuera. Cuando me encierro en las tardes con el artefacto encendido, y luego alguien ingresa a mi pieza, es empujado de vuelta hacia afuera por una onda expansiva de aire enrarecido, denso y con ese ligero toque a escape de gas. No sé, tal vez sin esa estufa ya estaría construyendo cohetes para la NASA, ya que simplemente te da la sensación de que te haces más tonto cada minuto que respiras ese aire. Pero la otra opción es gastar mucho dinero en estufas eléctricas que a veces no calientan ni la mitad que "mi tóxica".

Mi hermano usa esas estufas de paneles que tienen aceite adentro. Yo tengo frío AHORA, y con esas hay que esperar a que se derritan los polos antes de tener algo de calor que valga la pena. Y por la casa, hay esparcidas unas cuantas de esas de muro con paneles que son como esponjas. Una vez me pareció escuchar que incluso tenían asbesto. A veces pienso si podría conseguir una pensión de invalidez por aspirar químicos peligrosos cada invierno hace 22 años.

Despues de pensarlo un rato, creo que prefiero ser un tonto con pulmones a medio funcionar, pero sin frío, que ser un genio sano y congelado. ¡Viva la gran estufa tóxica!