jueves, 19 de agosto de 2010

Choose and lose

Algo me ocurrió viendo esa cascada. Algo que sólo me ocurrió viendo tus ojos.

Un calor general en el cuerpo, y una profundización de la propia respiración. La ligereza hecha elemento entrando y saliendo de mis pulmones.
Los músculos se debilitan, como transfiriendo toda su fuerza y energía a los sentidos, a aquellos órganos que orgullosamente contemplan algo que hace que la cosa más bella del mundo no sea más que una chuchería barata.

Pero la cascada se ofrece humilde y a la vez majestuosamente, a todo aquel que quiera verla. Mientras que tu mirada egoísta se dirige sólo a otro lado, a otro ser.
La cascada baña a todo aquel que se aproxime, y cura la sed quien beba de ella. Tus ojos sin embargo queman lo que se cruza en su camino, y hacen que quien los vea, se pierda en un limbo de añoranza y desesperación.

No sé aun si te prefiero a tí...