viernes, 3 de agosto de 2007

Celuloide, la pantalla olvidada

Hace muchos años que no iba al cine tan seguido. Y por seguido, quiero decir que ya he ido 3 veces en este año, lo que va muy por encima de lo normal para mi. Vi Las Vacaciones de Mr.Bean, Shrek Tercero y Harry Potter y la Orden del Fénix. Y aún me queda por ver los Simpsons para completar el ciclo de películas que simplemente no me podía perder este año.

Y no es que no me guste ir, sino que el problema es la falta de películas de mi interés, combinado con un bolsillo muy dificil de abrir (léase como "soy cagao"). Y es que claro, con lo fácil que es hoy en día bajar las películas de internet (dejemos de lado ese dilema ético por hoy), y pese a que las empresas de renta de películas y los cines estén bajando sus precios de forma ridícula -¿arriendos a $600 en Blockbuster?-, uno prefiere su copia casera, casi tan buena como la original y casi gratis, para guardarla en nuestros porta CDs junto a decenas de otras películas que jamás volvimos a ver.

Hoy de hecho estuve en Movieland de Mall Florida Center, y saque mi tarjeta Premium, la cual junto con el pase escolar me permitirá ver películas a $1600 de Lunes a Viernes. Nunca está demás. También pedí la semana pasada la de CineHoyts, pero por lo que he sabido, parece que no se toman muy en serio la inscripción. He escuchado algunas malas historias en Hoyts, como malos olores en una sala del San Agustín, pero si uno piensa en las salas de CineHoyts La Reina, con la considerable diferencia de altura entre filas (lo que hace que el tipo de 3 metros de alto, con un peinado affro, que se sentó delante tuyo no te tape la pantalla) y con sus cómodos asientos, realmente se da cuenta que vale la pena aunque sea caro.

Hace un par de años, aproveché los regalos de cumpleaños de 2 cines, y vi gratis 2 películas el mismo día, una en Florida -en ese tiempo Maxicine-, y otra en un Hoyts del centro. Fui solo, ya que todos parecían estar ocupados por ser día de semana, aunque la verdad ir al cine solo nunca me ha parecido un problema, siendo que a varias personas que conozco no les gusta. Pero es cierto, aunque no sea indispensable, igual es bueno tener después con quien comentar la película; pelar al que se puso a hablar por celular, a la guagua que no paraba de llorar, y al que se reía tan agudo que no sabías si le hacía gracia o lo estaban estrangulando...

Y sí, cuando la película me gusta, y las circunstancias me lo permiten, me quedo hasta el final de los créditos a ver si sale algo más... ¿y qué? :)

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